Liga de Campeones

El drama del Atlético no tiene fin: pierde con el Oporto (2-1) y también se queda sin Europa League

Los del Cholo fueron superados con claridad e incluso Oblak fue el mejor. El empate del Leverkusen ante el Brujas (0-0) deja a los rojiblancos fuera de todo

Joao Félix y Griezmann se lamentan durante el partido contra el Oporto
Joao Félix y Griezmann se lamentan durante el partido contra el OportoLuis VieiraAgencia AP

El drama del Atlético no tiene fin. Se despide de Europa de la manera más triste, con una nueva derrota, la tercera en seis partidos de Champions y con la sensación de que en su caída todavía no ha tocado fondo.

Dependía de sí mismo para clasificarse para la Liga Europa y falló. Igual que falló la semana pasada para seguir en la Liga de Campeones. El Atlético es un equipo en el que no se puede creer. Su fuerza siempre fue la fe en lo que hacía y la ha perdido.

No tardaron mucho en desmoronarse sus ilusiones de seguir en Europa. A los cinco minutos ya había marcado Taremi, el delantero del Oporto, que entró en el segundo palo para rematar un mal disparo de Evanilson.

La prueba del derrumbe del Atlético es el error de Savic en una acción defensiva en el segundo gol de los portugueses. Entró con dudas a una pelota dividida con Galeno y perdió la pelota y el espacio por el que llegó el extremo del Oporto para regalar el segundo gol a Eustaquio.

Estaba perdido el Atlético, sin consistencia defensiva y sin argumentos ofensivos. Antes de la media hora su única esperanza para continuar en las competiciones continentales era que el Brujas pudiera con el Leverkusen en Alemania. Todo lo que dependiera del Atlético era un caso perdido.

Los rojiblancos se sostenían en el partido por la presencia de Oblak, que no se cansó de despejar remates de los jugadores del Oporto mientras sus defensas se veían continuamente por los delanteros del Oporto. Es una historia que se repite demasiado últimamente. La antigua fortaleza defensiva del Atlético ha quedado reducida a su portero.

No podía evitar Oblak el hundimiento de su equipo. Un grupo sin alma al que le costaba contener los ataques del rival y que era incapaz de acercarse con peligro a la portería de Diogo Costa. Cuando lo hizo, le anularon un gol a Griezmann por una falta previa de De Paul en una pelota dividida que disputaba con Fabio Cardoso. La jugada terminó con el marcador igual y con tarjeta amarilla para el centrocampista del Atlético y para el central portugués.

El resto de intentos correspondieron a la iniciativa individual de Joao Félix. Pero eso no libró al portugués de marcharse al banquillo antes de tiempo, sustituido por Matheus Cunha. No tiene paciencia Simeone con él. La buena actuación en los últimos minutos del partido de Cádiz le hicieron un hueco en el equipo titular. Pero le cuesta poco al Cholo devolverle al banquillo a la mínima contrariedad.

Necesitó el Atlético la ayuda del Oporto para marcar su único gol del partido. Marcano desvió de cabeza un lanzamiento de córner y evitó el despeje de su portero, Diogo Costa. Era ya el tiempo de prolongación. Una manera de alargar la tortura, de generar una ilusión ficticia cuando ya no quedaba tiempo para más, de hacer más profundo el dolor. Porque el Atlético, a pesar de su incapacidad, se quedó a sólo un gol de seguir en Europa.