Mundial de Clubes

Auckland y un gol para la historia: asistencia de un barbero y remate de un maestro de escuela

Los jugadores del Auckland City FC -agentes inmobiliarios, peluqueros, dentistas o ferreteros- aún no se creen su valioso empate ante el club de Maradona.

Christian Gray pone el 1-1 para Auckland City
Christian Gray pone el 1-1 para Auckland CityAgencia EFE

Puede que no fuera un disparo parar dar la vuelta al mundo, pero fue un gol que resonó a 13.000 kilómetros (8.000 millas) de distancia cuando el Auckland City FC anotó el martes para empatar 1-1 con Boca Juniors en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.

Christian Gray, un maestro en prácticas en la Escuela Intermedia Mt. Roskill de Auckland, se elevó tras la asistencias de Jerson Lagos, un barbero, y marcó de cabeza el gol del empate. El equipo neozelandés, mayoritariamente amateur, empató con el famoso y antiguo club argentino de Diego Maradona.

Un final inesperado

El Auckland perdió 10-0 contra el Bayern de Múnich y 6-0 contra el Benfica en sus dos primeros partidos, lo que generó dudas sobre la decisión de la FIFA de permitir que un equipo de jugadores a tiempo parcial de Oceanía, su confederación más pequeña, compitiera con las superestrellas profesionales del fútbol mundial.

Incluso el periódico local del Auckland City, el New Zealand Herald, se unió a las críticas, sugiriendo que el equipo había "dañado el orgulloso legado de 20 años del Auckland City FC" en eventos de la FIFA.

"Han sido unas semanas difíciles", informó el Herald tras dos derrotas. "En el pasado, el Auckland City se ha caracterizado por su gran rendimiento a nivel mundial, aunque normalmente contaba con un par de figuras destacadas. Ese no ha sido el caso aquí".

Pero el Auckland City dejó lo mejor para el final, con una actuación sobresaliente que satisfizo al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien se encontraba entre el público del partido en Nashville.

“Ha sido un viaje difícil, ¿sabes? Hemos tenido algunos resultados difíciles, pero estoy feliz por el equipo”, dijo Gray. “Creo que nos lo merecemos. Espero que hayamos recuperado algo de respeto. Dependemos de los voluntarios, no tenemos mucho dinero, así que me alegra que estén contentos", añadió.

Un héroe con permiso de su colegio

Christian Gray, zaguero central de 28 años, fue titular por primera vez en esta edición del torneo, aunque había debutado ingresando la fecha pasada ante el Benfica. El Mundial de Clubes no le es extraño para este jugador, que estuvo presente en las ediciones 22-23 y 23-24.

Aunque existe una liga de primera división en Nueva Zelanda, se considera que el fútbol de ese país es semiprofesional. Incluso los mismos integrantes del Auckland City, el equipo más exitoso, realizan otras actividades a la par.

Este también es el caso de Christian Gray, que en febrero de este año llegó al Auckland Grammar School para desempeñarse como profesor de educación física. Las actividades escolares no han concluido, por lo que Gray solicitó permiso para viajar con su equipo al Mundial de Clubes, una petición que fue aceptada.

Sin embargo, su caso no es único. “Todos los jugadores tienen otros trabajos además de sus compromisos futbolísticos”, dijo el entrenador interino Paul Posa, a cargo del equipo por la ausencia del técnico titular Albert Riera, al diario inglés The Sun.. “Tienen una dedicación extraordinaria al fútbol fuera de sus horas de trabajo”, agregó el DT, que además se desempeña como dentista en su país.

El plantel del Auckland incluye conductores de carretillas elevadoras, un vendedor de bebidas gaseosas, agentes inmobiliarios, profesores, estudiantes universitarios y hasta un gerente de almacén. El propio capitán, Mario Ilich, trabaja en el departamento de ventas de Coca-Cola y confesó a The Guardian: “He tomado todas mis vacaciones anuales para este viaje, así que no iré de vacaciones con mi pareja este año, eso es seguro”.

Lo que harán con el premio

No cobran salario alguno por jugar al fútbol y ahora, tienen claro lo que harán con que harán con el premio.

El arquero uruguayo Sebastián Ciganda, integrante del plantel oceánico, explicó que el dinero será repartido entre el staff y los jugadores del club. “El premio por el empate que es de un millón de dólares, lo vamos a repartir entre el cuerpo técnico y la plantilla”, reveló orgulloso el futbolista en diálogo con DSports.

Ciganda, que reveló que trabaja como limpiador de piscinas y jacuzzis, contó que debió pedir vacaciones laborales para disputar el torneo en Estados Unidos y que no recibió salario durante esos días. “En Nueva Zelanda soy limpiador de piscinas y jacuzzis. Pedí vacaciones en el trabajo o sino renunciaba. No cobré por estos días que estuvimos en Estados Unidos, cuando vuelva me reintegro a trabajar”.

Si bien Auckland City quedó eliminado del Mundial de Clubes, consiguió un gol inesperado y un empate que es considerado histórico, no solo para el fútbol neozelandés, sino también para el de Boca Juniors, que ni siquiera pudo conseguir un triunfo para decir adiós de la mejor forma posible.