Fútbol

La cara de Lamine Yamal al ser cambiado en el Chelsea - Barcelona que no está gustando nada

El delantero del Barcelona fue "borrado" por Cucurella en el partido de la Champions y Flick le sustituyó

25 November 2025, United Kingdom, London: Barcelona's Lamine Yamal reacts during the UEFA Champions League soccer match between Chelsea and Barcelona at Stamford Bridge. Photo: Bradley Collyer/PA Wire/dpa 25/11/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
Lamine Yamal, en el Chelsea - BarcelonaDPA vía Europa PressEuropa Press

El Barcelona se planteó esta temporada una meta inequívoca: conquistar la Champions League. Todo en la planificación deportiva, desde la elección de Hansi Flick hasta la estructura del vestuario, se había ordenado bajo esa ambición. La competición europea aparecía como el territorio donde el equipo debía confirmar su crecimiento y, sobre todo, recuperar una autoridad internacional que se ha ido erosionando en los últimos años. Sin embargo, el camino está lejos de ser recto. La derrota ante el Chelsea en Stamford Bridge no solo abrió interrogantes sobre el rendimiento del equipo, sino que ha complicado seriamente su clasificación directa a la siguiente ronda del nuevo formato de la Champions.

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El difícil objetivo de estar entre los 8 primeros

En la fase liga, donde ya no existen grupos sino una tabla única, la exigencia es muy distinta a la de temporadas anteriores. Para terminar entre los ocho primeros, y evitar la eliminatoria previa, se necesitan alrededor de 16 puntos. Para el Barça, que solo suma siete puntos tras cinco jornadas, el cálculo es sencillo y a la vez abrumador. Debe ganar los tres partidos que le quedan para llegar a los 16. No hay margen para el error.

El balance azulgrana en esta fase de la Champions refleja mejor que nada la situación. Dos victorias, un empate y dos derrotas conforman un recorrido irregular, alejado del guion previsto por la dirección deportiva. El equipo ha respondido con autoridad frente al Newcastle y al Olympiacos, los dos encuentros que logró sacar adelante. También ha sido capaz de sumar un empate contra el Brujas, un resultado que en su momento pudo parecer insuficiente, pero que ahora, a la luz del panorama actual, se valora de forma distinta. Más costosos han sido los traspiés contra el PSG y, especialmente, contra el Chelsea en Londres, una noche en la que todo se torció demasiado pronto.

La expulsión de Ronald Araújo en Stamford Bridge condicionó el duelo desde el minuto en que se produjo. El Barça quedó obligado a reorganizarse con un jugador menos y frente a un rival que ya había demostrado iniciativa y dominio desde el inicio. En la zona mixta, el portero del Chelsea, Robert Sánchez, describió el partido con naturalidad: la inferioridad numérica les favoreció, pero insistió en que su equipo ya estaba manejando el encuentro antes de la roja. El 3-0 final y los tres goles anulados por fuera de juego reforzaron la sensación de que el conjunto de Enzo Maresca había llevado la iniciativa con continuidad y solvencia.

Cucurella se come a Lamine Yamal

Uno de los focos del partido estuvo en el duelo entre Lamine Yamal y Marc Cucurella. Sánchez no dudó en elogiar el trabajo del lateral español, al afirmar que el joven extremo azulgrana “lo tuvo en el bolsillo”. Las imágenes reflejaron un enfrentamiento desigual: Yamal apenas encontró espacios y cuando logró armar un disparo que llegó manso a las manos del portero, la afición del Chelsea no dejó pasar la oportunidad de burlarse del canterano azulgrana con un ofensivo “You are a shit Estevao” (Eres un Estevao de mierda). Fue un síntoma más del control londinense sobre el partido y de la frustración que se extendió entre los jugadores del Barça. Cuando la estrella del Barcelona fue sustituida no pudo esconder su resignación. "El gesto de Lamine, en el cambio, no me ha gustado nada", aseguró David Sánchez en la Cope

El calendario inmediato del Barcelona en la Champions no admite pausas. El 9 de diciembre recibirá en el Camp Nou al Eintracht de Frankfurt. Será el primero de los tres encuentros obligados a ganar si pretende mantener sus opciones de clasificarse de forma directa. Después, el equipo viajará a Praga para medirse al Slavia el 21 de enero, una salida que llega en un tramo históricamente complicado de la temporada. Finalmente, la fase liga se cerrará en Barcelona el 28 de enero con el duelo contra el Kovenhavn, un partido que, si los resultados acompañan, podría convertirse en decisivo.

Cuando se le preguntó a Robert Sánchez si consideraba al Barcelona favorito para ganar esta Champions, el portero murciano se rio antes de contestar: “Favoritos nosotros”. Lo dijo con la seguridad de quien interpreta que su equipo ha dado un paso importante, no solo en la tabla, sino también en su crecimiento competitivo. Sánchez insistió en que el Chelsea siempre crece en los partidos grandes, una autodefinición que encaja con lo visto en el césped.

Para el Barcelona, la lectura es diferente. La Champions sigue siendo el gran objetivo, pero el camino se ha estrechado. Los números son claros, las obligaciones también. Tres partidos, nueve puntos, ninguna duda permitida. La exigencia europea no concede treguas, y el equipo de Flick se ha quedado sin red. Ahora empieza la parte más difícil: cumplir sin fallar, partido a partido, mientras la presión crece y el margen desaparece.