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Así es el Ajax, la cantera de Europa

Overmars, que jugó en el Barcelona, es el director deportivo de un equipo que ha encontrado otra buena hornada de jugadores, como De Jong y De Ligt, y que no va a retener.

De Jong se entrenó ayer y, según Ten Hag, va a estar disponible para el encuentro de hoy
De Jong se entrenó ayer y, según Ten Hag, va a estar disponible para el encuentro de hoylarazon

Overmars, que jugó en el Barcelona, es el director deportivo de un equipo que ha encontrado otra buena hornada de jugadores, como De Jong y De Ligt, y que no va a retener.

Tenemos 80 o 90 ojeadores voluntarios que van por los campos viendo jugadores», contaba Casimir Westerveld el jefe de «scouting» del Ajax, uno de los principales responsables de que el equipo holandés sea una máquina de sacar jugadores talentosos, marcados todos por ese estilo Ajax: futbolistas con buen trato de balón, como si en la escuela del club la forma de jugar se transmitiese más por genes que por aprendizaje. En realidad es una mezcla de dedicación y tradición. El Ajax ha hecho de la cantera y de su estilo uno de sus principales banderas de su identidad y por eso la protege. «Se ha desarrollado un perfil de trabajo», continuaba el jefe de «scouting», «para cada posición, este perfil consta de acciones técnicas, principios tácticos, rendimiento motor y habilidades mentales».

Ha mantenido ese cuidado por los chicos de las categorías inferiores pese a los tiempos de penurias en los que el fútbol globalizado le ha dejado atrás. «Las finanzas son muy importantes. En el pasado se quedaban en el Ajax hasta los 24, 25 o 26 años, pero ese tiempo acabó. Ahora, cuando tienen 20 o 21 años, se van los mejores talentos», ha explicado en alguna ocasión Overmars, su director deportivo.

Fue uno de los grandes de Europa, el equipo de Cruyff y el que años después entrenó Van Gaal, pero ahora es un club en ascensión al que quizá el duelo contra el Madrid le llega demasiado pronto. Lleva cinco años sin ganar nada y sumaba 13 sin plantarse en los octavos de la Champions. En diciembre miraba la eliminatoria contra el Madrid como una oportunidad increíble, tal como estaba el campeón de Europa. Hoy lo ve con más distancia y con mucha menos esperanza. El tres veces campeón de Europa de manera consecutiva parece una montaña frente a un equipo aún por hacer y con graves problemas de regularidad en sus últimos encuentros.

Overmars sabe que la paciencia del club tiene un límite, como la tuvo él con Bergkamp. Le despidió en 2017 porque no acompañaban los resultados. Contó con la aprobación de Edwin Van der Sar, el director general. Overmars cambió todo y fichó a Ten Hag. «Siempre hemos mantenido un buen contacto y me gusta trabajar con gente en la que confío», decía el entrenador al llegar.

El Ajax, como otros equipos europeos, decidió que los organigramas tienen que estar repletos de ex futbolistas, por eso cuando se nombran a sus dirigentes, da una sensación de nostalgia, de tiempos pasados y mejores.

Overmars, por ejemplo, era uno de esos extremos tan holandeses y tan en extinción en el fútbol actual. Le fichó el Barcelona y futbolísticamente no dejó nada extraordinario. Buenos encuentros, alguno fantástico, pero la impresión general de que podía haber dado más de lo que dio. En Barcelona recuerdan, sobre todo, sus despistes: dejarse las botas en el vestuario y darse cuenta de eso cuando el entrenador le manda salir a calentar o irse a casa después de un partido sin acordarse de que su mujer estaba en el garaje del estadio.

Más ordenado ahora, su trabajo es como el mito de Sísifo, que subía la piedra por la montaña, para una vez que casi llegaba a la cima, volver a caer siempre. «Nunca vas a mantener un equipo unido por mucho tiempo. Siempre debes comenzar a construir de nuevo», dice.

Él era parte de una de las generaciones más brillantes, la que comandaba Van Gaal en el banquillo y que ganó una Copa de Europa en 1995. Un año antes, ese equipo de Overmars, Kluivert o los hermanos De Boer, pasó por el Bernabéu dando una lección del fútbol al Madrid de Valdano, que sólo miraba impotente.

Casi todos esos futbolistas, y su entrenador, acabaron en el Barcelona. Han tardado mucho en volver a tener una generación brillante y antes de que puedan mostrar su potencial, ya se les están yendo. De Jong jugará en Barça y a De Ligt le queda poco en Ámsterdam.