Fútbol
El Chelsea, otra víctima del espíritu de Juanito
Igual que al París Saint Germain, el Santiago Bernabéu se come al Chelsea en otra noche histórica. «Es el ADN de este equipo, nos lo enseñan desde pequeñitos», dice Nacho
En el minuto 60 del partido contra el PSG tembló Donnarumma y el Bernabéu hizo el resto. Retumbó aquel gol de Benzema que devolvía la esperanza y los parisinos desaparecieron mentalmente del césped de Chamartín. Los psicólogos deportivos todavía alucinan con la dimisión colectiva del PSG en ese estadio que gana partidos y, sobre todo, eliminatorias europeas.
Frente al Chelsea no hacía falta una remontada, o eso se suponía después del partido de ida y de los dos goles de renta, pero resultó que sí. Y si a Mbappé el VAR le anuló dos goles en la noche de octavos, ayer también apareció la tecnología para ver la mano de Marcos Alonso y dar aire al Madrid. Pero hasta que no se vio por debajo no apretó el interruptor de esa intensidad que había perdido seguramente por pensar en la ventaja que tenía. Sin ella, los tres dedos del pie de Modric enseñaron el camino que otra vez parecía imposible de recorrer.
Entre tanta tensión colectiva hace falta alguien que ponga algo de claridad y ese fue Camavinga, que entró para ponerse en el lugar de Casemiro y demostrar que sólo es un niño en los 19 años de su DNI.
El francés se está haciendo un hueco en el once del Madrid por el ritmo y la intensidad que le pone al juego de su equipo, pero también por su fútbol, con el que encontró el espacio y el tiempo para que corriera Vinicius antes del gol de Benzema. Para entonces el Bernabéu ya era la caldera que hizo famosa Juanito, los jugadores del Chelsea ya no parecían tan altos como cuando remataban todos los córners unos minutos antes. Y la tarde, que había empezado otra vez en la plaza de Sagrados Corazones con el recibimiento al autobús, como frente al PSG, terminaba igual que aquel día. «Otra noche increíble en el Bernabéu y otra reacción espectacular para meternos en semifinales. Se te pone la piel de gallina. Esto es el Madrid, nos enseñan de pequeños a no rendirnos nunca», decía Nacho después de que el Madrid se metiese en su décima semifinal en doce temporadas.
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