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Hijos y celebraciones

A más vástagos mostrables en una celebración, más posibilidades tiene ese equipo de ser campeón

Pau Gasol, con su hija en la celebración del título del Barça
Pau Gasol, con su hija en la celebración del título del BarçaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

En los últimos títulos de los grandes equipos a nivel de clubes y selecciones hay un patrón muy marcado. Es un patrón o un patinazo neuronal mío vaya usted a saber. Cuantos más hijos puedan aparecer en brazos o de la mano de sus padres en la celebración de turno, más opciones de ser campeón. Los títulos de la selección que lo ganaba todo, los del Madrid de las Champions, los de Scariolo y sus chicos... el último ejemplo ha sido el Barcelona de baloncesto. En el Palau, superada la medianoche, había personal para montar una Escuela Infantil. Recuerden, Escuela Infantil nada de guardería.

Daba no sé qué ver al padrazo Pau Gasol con su hija Elisabet Gianna en brazos intentando levantar junto a Oriola el título de campeón de la Liga Endesa. Cuando estallaron los fuegos artificiales y llovió el confetti la pobre bebé rompió a llorar imaginándose que estaba poco menos que en la playa de Omaha.

Como los reportajes de las Wags de la Eurocopa son cosa de otro negociado, tengo que encargar uno sobre la cantidad de hijos mostrables en una celebración. En la selección el índice de paternidades me temo que no alcanza el patrón necesario para aspirar a ganar la cuarta Eurocopa. En la selección de Luis en 2008, los padres eran minoría. En Sudáfrica la cosa se disparó y en la Eurocopa de 2012 si algún dirigente del Partido Comunista Chino hubiese mirado al césped después de la goleada a Italia se hubiese pegado un tiro.