Fútbol

Eurocopa 2020

Italia, el equipazo que derrotó a Bélgica (1-2) y desafía a España en semifinales

Barella marcó el 0-1 e Insigne, un golazo, el 0-2. Lukaku redujo distancias de penalti antes del descanso. El equipo ganador se enfrentará a España en una de las semifinales

Insigne celebra el gol que marcó a Bélgica, que terminó dando la clasificación a Italia para las semifinales de la Eurocopa
Insigne celebra el gol que marcó a Bélgica, que terminó dando la clasificación a Italia para las semifinales de la EurocopaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Italia y España son dos selecciones que llegaban a la Eurocopa en condiciones parecidas: con más dudas que certezas, sin saber muy bien de lo que iban a ser capaces con un equipo renovado, plagado de jóvenes. Las dudas de la selección «azzurra» terminaron pronto, tras una primera fase impecable, de goleada en goleada y mostrando un fútbol ágil y vistoso. Lo de octavos con Austria, esa prórroga, fue como un aviso de que sí, muy bien, pero no hay que confiarse. Y en cuartos contra Bélgica llegó la confirmación de que ahí hay madera para tallar un bonito campeonato. Por mucho que la selección de Roberto Martínez tuviera la baja de Eden Hazard, es un grupo ya hecho, número uno del ránking FIFA. Era favorito e Italia le demostró el equipazo que es. Le enseñó sus certezas. Porque aunque el duelo comenzara con dominio belga y las primeras ocasiones de Lukaku, no tardó en igualarse y en convertirse en una batalla fantástica. Por cierto, Lukaku se las tuvo con Chiellini toda la noche. Vaya dos, experimentados para agarrar por aquí por allá, que si un empujoncito...

Las primeras oportunidades de Bélgica fueron contestadas con una propuesta muy atrevida de Italia, para acabar con los tópicos o con su pasado. Ni «catenaccio» ni nada parecido, fútbol ofensivo, tanto con 0-0 como con 0-1. Porque el tanto de Barella no cambió el plan. Al revés, lo confirmó, porque fue tras una recuperación al borde del área, y allí siguió intentando presionar el conjunto transalpino. El ritmo era altísimo e Insigne era el hombre referente, el que recibía e inventaba el pase. También se inventó un gol después de avanzar con la pelota, apuntar y disparar con el interior para que la pelota dibujara un semicírculo del que Courtois siempre estuvo lejos de llegar.

Bélgica perdió por momentos el balón y sólo encontraba alivio al contragolpe, en la zancada de De Bruyne, que se encontró con Donnarumma en un zurdazo espectacular. El partido se mantuvo con mucha vida al descanso por el penalti que el árbitro esloveno Vincic pitó por un empujón de Di Lorenzo a Doku. Es una jugada muy interpretable, de ahí que el VAR no interviniera. Y Lukaku no perdonó.

Las entradas del joven Doku, sus locuras por banda, su velocidad, eran el mejor argumento de Bélgica, y en una de ellas combinó con De Bruyne para que asistiera a Lukaku. El delantero del Inter tuvo el empate, pero Spinazzola metió la pierna y lo impidió cuando el gol se cantaba. Después, el jugador más rápido de la Eurocopa se tuvo que ir llorando, porque se lesionó y tiene pinta de que no va a volver a jugar en este torneo. Todo ello en una segunda parte en la que fútbol fluyó a todo trapo. La nueva tendencia que se impone es la de la intensidad. El partido volaba a un lado y a otro y si Insigne amenazaba también lo hacía De Bruyne. O si Italia se apoderaba de la posesión diez minutos, los diez siguientes eran para Bélgica. No había dueño, un dominador y un dominado. No se echó atrás el equipo de Mancini pese a llevar ventaja en el marcador.

Se paró poco en el centro del campo y antes de la desgracia de Spinazzola llegó la de Chadli, que salió, se pegó una carrera y se rompió. Sólo en los últimos minutos logró Bélgica encerrar a su rival, lo que tampoco era del todo bueno, porque también sabe jugar ordenado y tiene dos centrales con mucho oficio. El enésimo eslalon de Doku fue la última opción de los de Roberto Martínez. España sabe que en semifinales no tendrá ni un respiro.