Gonzalo, un «9» para Xabi Alonso

El número «30» que Gonzalo luce en la espalda es la señal de que todavía es un meritorio, un canterano que tiene que hacer méritos para ganarse un puesto en el primer equipo. El delantero centro y capitán del Castilla, era la única novedad inesperada en la alineación del Real Madrid. Al sustituto de Mbappé lo encontró Xabi Alonso mirando hacia abajo, en esa cantera del Real Madrid en la que dio sus primeros pasos como entrenador.

Gonzalo marcó el gol del Real Madrid y dio señales suficientes de que puede ser válido para el primer equipo y disuadir al club de buscar ese «9» que echó tanto en falta en la última temporada después de la marcha de Joselu.

Cuenta Jorge Valdano que había un delantero argentino que sólo miraba los pies del portero antes de rematar y después le tiraba la pelota a un palmo. «Si fallo, es que está mal colocado», decía. Poli Rincón, abonado al surrealismo, suele decir que es mejor pegar mal a la pelota para despistar al portero. Cuanto peor, mejor. Dos maneras tan diferentes como los dos personajes de decir que una cosa es el virtuosismo y otra la efectividad. Y más efectivo que preciso fue el remate de Gonzalo para poner por delante al Real Madrid en la primera parte. Remató mal con la derecha, la pelota le rebotó en la izquierda antes de volver a la derecha y salir disparada hacia la portería de Bono.

Pero en el gol hubo más cosas. Gonzalo demostró su compromiso defensivo para recuperar la pelota en el centro del campo y después acompañó la jugada hasta llegar a posición de remate en el área. Todo lo que le pide Xabi Alonso a un delantero, aunque la recuperación llegara mucho más atrás de lo que imaginaba el nuevo entrenador madridista en su planteamiento inicial.

«En la primera parte hemos salido a presionar alto, creo que se ha mostrado nuestra intención. Sin embargo, ellos por su gran juego y por el calor nos han sabido echar para atrás», confesaba el delantero en el descanso.

En el comienzo de la segunda mitad, Gonzalo tuvo una buena ocasión en un remate de cabeza en el que exhibió su buen juego aéreo, su capacidad de salto y de suspenderse en el área al estilo Santillana y su valentía para luchar por arriba con un defensa de físico poderoso como Koulibaly. Después pudo marcar en otro cabezazo a centro de Huijsen que atrapó Bono. Méritos suficientes para ser elegido el mejor jugador del partido. Gonzalo también mostró su capacidad de autocrítica. «Hemos fallado todos, yo el primero, y he tenido ocasiones que podían haber acabado en gol», reconoce.