
Fútbol
El improbable número de goles que necesita Turquía para impedir que España vaya al Mundial
El martes, en Sevilla, la selección de De la Fuente se mide a la de Arda Güler. Es casi imposible pensar en la debacle

La selección española llega a la última jornada de la fase de clasificación para el Mundial de 2026 en una posición privilegiada, pero aún no definitiva. El equipo de Luis de la Fuente ha firmado un recorrido casi impecable durante el grupo: lo ha ganado todo, ha marcado 19 goles y no ha recibido ninguno. Una campaña sólida que ha dejado datos contundentes, una sensación de crecimiento sostenido y un récord histórico de 30 partidos consecutivos sin perder tras el 0-4 en Georgia. Aun así, el seleccionador no quiere escuchar hablar de celebraciones prematuras. El martes, en Sevilla, queda el último paso ante Turquía, y el vestuario se ha impuesto la obligación de terminar la tarea sin distracciones.
El escenario es simple en apariencia: España tiene tres puntos de ventaja sobre los turcos y un empate bastaría para sellar el billete al Mundial. Incluso una derrota también sería suficiente. Pero matemáticamente, queda un resquicio improbable que todavía mantiene la cautela dentro del cuerpo técnico. Turquía solo podría arrebatar la primera plaza con una goleada histórica, una que rozaría lo inconcebible en el fútbol de selecciones: necesitaría ganar por siete goles de diferencia.
Diferencia de goles
Ese cálculo procede directamente del primer criterio de desempate en competiciones FIFA: la diferencia general de goles. España llega con un robusto +19, fruto de sus 19 tantos marcados y ninguno recibido. Turquía, en cambio, presenta un balance de +5, con 15 goles a favor y 10 en contra. La brecha es tan amplia que solo un marcador del calibre de siete goles de diferencia: 0-7, 1-8, 2-9 o resultados equivalentes podría modificar la clasificación. Si, aun así, se igualara la diferencia de goles, entraría en juego el siguiente criterio: el número de tantos anotados. También ahí España parte por delante. El escenario de una remontada turca es una utopía.
Pero De la Fuente no quiere oír hablar de improbabilidades. El seleccionador vive estos días con la serenidad del que conoce a fondo a su grupo, pero también con la prudencia de quien ha repetido una y otra vez que la clasificación matemática aún no está cerrada. Tras la goleada en Tiflis, insistió en dos ideas: la calidad de sus jugadores y la importancia del respeto. “La selección georgiana no fue débil, pero se ha encontrado con un gran rival. Una España ambiciosa, que quería jugar y ganar. No ha sido demérito de Georgia, el trabajo de la selección española ha sido de un nivel muy alto”, explicó ante los medios.
Sobre el hito alcanzado, los 30 partidos consecutivos sin perder, De la Fuente mostró una mezcla de orgullo y templanza. “Solo siento admiración por lo que se ha conseguido, por dirigir a una generación maravillosa, que ha conseguido superar un hito histórico”, afirmó. Aun así, dejó claro que ese récord no altera la perspectiva interna. “Nos queda seguir mejorando. La virtud de esta generación es que es ambiciosa, insaciable. Queremos seguir creciendo de cara a una ilusión tremenda que tenemos el próximo verano”.
Ese verano, el del Mundial en Estados Unidos, Canadá y México, condiciona todo. La clasificación está a un paso y, mirado desde fuera, parece cuestión de trámite. Mirado desde dentro, no. “Este equipo tiene muchas virtudes, una de ellas especial es el respeto”, subrayó el seleccionador cuando se le preguntó si sentía la clasificación ya en el bolsillo. “Hasta que no consigamos la clasificación matemática vamos a seguir trabajando igual”.
De la Fuente no es de Harvard
Para De la Fuente, ese respeto tiene dos direcciones. La primera, hacia los rivales. La segunda, hacia sus propios jugadores. El técnico volvió a remarcar su convicción en el grupo, en cómo ha asimilado ideas y en la capacidad de adaptación de los futbolistas para cubrir cada fase del juego. “Estoy feliz por los futbolistas, porque es un orgullo, es una generación excepcional”, dijo. “Son los mejores jugadores del mundo. Es muy importante tener ese equilibrio, de contundencia en defensa y tener una pegada tremenda”.
Esa contundencia atrás, ningún gol encajado en la fase de clasificación, es precisamente lo que hace que el escenario turco parezca tan remoto. España no solo ha ganado todo: ha dominado sin conceder oportunidades reales de sufrimiento. Turquía necesitaría perforar siete veces una portería que aún no ha sido batida.
A la distancia entre ambos equipos se añade el estado de forma reciente. El 0-4 en Georgia fue una muestra más de la solidez del bloque, y también una ratificación de esa conexión entre cuerpo técnico y plantilla que De la Fuente repite con frecuencia. “Lo que hago es conocer a los futbolistas. Esa es nuestra fortaleza”, afirmó. “Quedaría bonito decir que estudié en Harvard la filosofía del fútbol. Soy más normal y básico”.
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