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Ajdin Hrustic, el australiano que rompía cristales tirando las faltas como Beckham

Creció imitando los lanzamientos del icónico centrocampista inglés y es el futbolista con más talento de Australia. Ha jugado en Inglaterra, Austria, Alemania, Países Bajos e Italia. El de Qatar es su primer Mundial

Ajdin Hrustic espera estrenarse en el Mundial ante Túnez
Ajdin Hrustic espera estrenarse en el Mundial ante TúnezChristophe EnaAgencia AP

David Beckham es y era un tío impecable: guapo, elegante («Su camiseta huele a colonia», dijo Ronaldo un día que se la intercambió con él tras el partido), detallista hasta para mandar un ramo de flores a la redacción a la periodista que le había hecho una entrevista, buen jugador de fútbol... E inspirador. Con su nombre se hizo la película «Quiero ser como Beckham», que narra la lucha de una chica que vive en Inglaterra cuyos padres inmigrantes quieren que sea la perfecta esposa india, pero ella sueña con ser futbolista. Y el fantástico golpeo de balón que tenía el rubio centrocampista con la pierna derecha propició que muchos jóvenes desearan «ser como Beckham» en la vida real. «Siempre quise ser un especialista a balón parado. Es algo que he trabajado desde que era un crío», asegura Ajdin Hrustic, el jugador con más talento de la selección de Australia, en «fifa.com». «Siempre admiré a Beckham. Ese gol de falta que marcó contra Grecia es el tipo de cosas que me encanta ver, y fue un momento especial», añade. Fue un tanto en el minuto 93 del que ahora se cumplen 21 años y que sirvió para meter a Inglaterra en el Mundial de 2002. Hrustic, que nació en el 96, apenas tenía seis años cuando sucedió.

A romper ventanas

En su aspiración de querer lanzar las faltas como Beckham él apuntaba a una ventana que había en el cobertizo de su jardín, y acabó «haciéndola añicos». «Cuando me aburrí de eso o quise cambiar de posición apuntaba a la ventana de la cocina, por lo que me metí en algunos problemas en casa. Mi madre me perseguía cuando las ventanas se rompían», recuerda el centrocampista en la misma entrevista. Años después ha podido imitar a su ídolo. Dos de los tres goles que ha marcado en sus 20 partidos como internacional han sido de falta, a cada cual más espectacular, uno contra Kuwait y otro contra Japón; y el tercero fue de volea ante Emiratos Árabes y fue el más importante, porque permitió que Australia se clasificara para la repesca, en la que dio la sorpresa superando a Perú en los penaltis para disputar su quinto Mundial consecutivo.

Hrustic cumple así el sueño de estar el campeonato más importante después de haberse caído de la lista para Rusia 2018. De madre rumana y padre bosnio, selección esta última que también le tentó, el medio ofensivo nació y creció en Melbourne y cuando ya no era época de romper ventanas, cuando empezó a destacar jugando al fútbol, emigró a Europa y jugó en varios países: empezó en Inglaterra en el Nottingham Forest, se fue al Austria Viena, de ahí a Alemania, al Schalke 04, y después a Países Bajos, al Groningen, donde por fin dio el salto de las categorías inferiores. Su regreso a la Bundesliga ya como futbolista de primera fue al Eintracht y allí se proclamó campeón de la Europa League la temporada pasada, marcando uno de los goles en la tanda de la final ante el Rangers. No era titular indiscutible, pero sí un jugador que contaba, y mucho. Su destino este curso ha sido el Hellas Verona de Italia y su gran ilusión es Qatar (no jugó en el debut ante Francia y espera estar ante Túnez). Intentará que Australia llegue a octavos, como ya hizo en 2006, eliminatoria en la que la después campeona Italia solo pudo ganar con un penalti más que dudoso señalado por el árbitro español Medina Cantalejo. En aquel equipo «aussie» estaba Cahill, otro de los ídolos de Hrustic. La leyenda australiana todavía era internacional cuando el ahora «10» debutó en la selección. Y fue el primero que se le acercó y le dijo: «Bienvenido a la familia, quiero que te sientas como en casa».