Octavos de final

Gue-Sung Cho, la amenaza de Brasil en octavos que tuvo que apagar el móvil en Qatar por las peticiones de matrimonio

El delantero de Corea ha pasado de tener 20.000 seguidores en Instagram, a más de dos millones, después de sus dos goles a Corea. “No quiero ser famoso”, dice

Cho Gue-sung celebra uno de los dos goles que marcó a Ghana
Cho Gue-sung celebra uno de los dos goles que marcó a GhanaLee Jin-manAgencia AP

Uno de los programas con olor a naftalina de la España de los 90 se llamaba “Goles son amores”, donde el fútbol era una excusa para mostrar mujeres con poca ropa rodeando a Manolo Escobar. Por fortuna, es impensable que hoy en día se haga algo así, aunque el fútbol sí despierte pasión adolescente, al menos en Corea del Sur, un país que, por cierto, los estudios señalan como uno de los que tiene más déficit en cuanto a derechos de las mujeres y desigualdad de género. El caso es que Gue-Sung Cho, delantero del conjunto asiático en el Mundial de Qatar, de 24 años, marcó dos goles ante Ghana que en ese momento no sirvieron de nada porque terminaron perdiendo, y, según cuentan los medios coreanos, esa noche el atacante tuvo que apagar el móvil porque no paraban de llegarle mensajes a las redes sociales: la mayoría eran cartas de amor o peticiones de matrimonio. Su cuenta de Instagram, por ejemplo, pasó de 20.000 seguidores antes del campeonato a 2,3 ahora, y eso que sólo tiene seis publicaciones.

“No quiero ser famoso”, admitió Cho, el primer jugador de Corea que marca dos goles en un partido de una Copa del Mundo. “Me hubiera gustado más una victoria en lugar de dos goles. Es una pena que no hayamos ganado”, añadió. A la postre, esos goles sí han importado mucho, porque el conjunto dirigido por Paulo Bento se clasificó para octavos por tener más tantos a favor, después de que hubieran empatado en puntos, en “gol average” general y en su enfrentamiento directo. Cho no logró ninguna diana en el decisivo partido contra Portugal, pero sí protagonizó un enfrentamiento con Cristiano Ronaldo, que se tomó con calma su cambio cuando quedaba media hora y el encuentro iba 1-1, resultado que dejaba fuera a Corea. El delantero asiático le dijo que se diera prisa, y CR le mandó callar de forma notoria, aunque después quitó importancia al incidente.

Los goles de Cho contra Ghana fueron sorprendentes, en apenas tres minutos con dos cabezazos impecables: para el primero tuvo que hacer una especie de escorzo y remató casi sin saltar. El segundo fue por arriba, con fuerza y decisión, aprovechando los 188 centímetros que le “ha dado la genética”, según opina él mismo, porque su madre jugaba al voleibol y mide 1,77. Marcar goles es lo que le llevó a ser futbolista. “En el momento en que anoté, se me puso la piel de gallina”, describió Cho lo que sintió la primera vez que llevó el balón a la red, siendo un niño. “Sentí que no sería capaz de sentir esa emoción por otras cosas”, añadió en “Korea JoongAng Daily” Cho. Esa emoción -asegura- lejos de desaparecer ha aumentado. Si marca un gol en los octavos de final de Qatar contra Brasil (hoy a las 20:00), habrá tocado el cielo por fin.

De momento su papel en el Mundial, aparte de las cartas de amor, está haciendo que se fijen en él algunos equipos europeos como el Ferencvaros o el Celtic, después de haber desarrollado toda su carrera en Corea. Le costó destacar porque primero era bajito, pero cuando dio el estirón fue dando pasos hasta jugar en la Universidad y ser por fin contratado por el Jeonbuk Hyundai Motors, que juega en la K League 1 y es uno de los clubes con más éxito en su país en el siglo XXI. Llegó en 2020, pero en medio tuvo hacer el servicio militar obligatorio y por eso jugó cedido en el Gimcheon Sangmu, club de la Segunda Divisón que está dirigido por las Fuerzas Armadas de la República de Corea.