Adiós
Modric se va entre aplausos de despedida
El centrocampista croata fue sustituido a diez minutos del final del Argentina-Croacia del Mundial. Estaba más contrariado que triste
En el minuto 80, Modric intentó un pase largo, para abrir hacia la banda, pero rebotó en el rival y le golpeó en la cara. No había nada que hacer. Un minuto después, Dalic le sustituyó y el futbolista croata de 37 años comenzó su última carrera, entre aplausos de todo el público, de un partido competitivo de verdad de un Mundial. Aún queda el encuentro por el tercer y cuarto puesto, donde querrá dejar a Croacia como tercera, pero el partido bueno, el que quería ganar era contra Argentina. Se marchó sin haber podido hacer casi nada durante el encuentro, y con la cara colorada aún por el balonazo que se había llevado. Dio la mano a todos sus compañeros del banquillo, mirando al frente, muy serio, mucho más enfadado o contrariado que emocionado por lo que todos suponían ya un adiós. Lo que le queda en los Mundiales, si lo juega, el sábado, será más un homenaje que otra cosa.
Dalic le sustituyó en un cambio muy comentado en los octavos, contra Japón. No en Croacia, donde no hubo ni la más mínima polémica. El técnico aseguró que todo estaba consensuado con el centrocampista y Modric no hizo el mínimo amago de queja. Frente a Brasil, con el partido también llegando a la prórroga y los penaltis, Dalic sí que aguantó a su mejor futbolista en el campo. Durante el primer tiempo, con sus movimientos y su manera de dar ritmo al equipo, contuvo a Brasil y en la segunda parte de la prórroga, como los compañeros, creyó que podían empatar, como consiguieron, para ganar después en la tanda de penas máximas.
Pero contra Argentina, ya no tenía sentido mantener a Modric en el campo, porque Croacia ya había perdido todo esperanza. El primer gol, el de penalti, lo protestaron mucho los croatas y puede haber dudas acerca de la jugada. Pero el segundo tanto, la colección de errores en el despeje fue definitivo para el conjunto europeo. Demasiadas facilidades.
No encontró la manera de reaccionar y no encontró Modric el modo de hacer jugar a los suyos. Kovacic corría como interior derecho y Luka intentaba mover la pelota, al borde del área, sin peligro alguno para los argentinos.
Pasó los últimos minutos cabizbajo en el banquillo, como sin querer mirar el campo, pero muy entero. Puede que sea su último Mundial, pero aún no ha decidido si va a abandonar la selección croata. Él se ve con fuerza para seguir compitiendo al máximo nivel. Después del sábado y de unos días de vacaciones, le espera el Real Madrid, donde Ancelotti y el club le siguen considerando una pieza fundamental para lo que queda de temporada, que es todo.
La cara de Modric era de tristeza, pero en ningún caso de plantearse un adiós a la selección. Cuando terminó el encuentro, el primer en ir a abrazarle fue Di María. Fueron compañeros en el Real Madrid y el argentino, suplente, antes de irse a celebrar con sus compañeros, quiso acordarse del hombre del córner de la Décima.
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