Fútbol

Así está el fichaje de Mbappé por el Real Madrid: aún hay esperanza

El martes por la noche acaba el mercado y el PSG no termina de contestar a la oferta blanca. Se supone que quiere que se suba más la cantidad de dinero

Dice un refrán español que dos no pelean si uno no quiere, pero es falso porque a veces no quieres pelear, pero no te queda más remedio que defenderte para no acabar herido. Lo que sí pasa es que dos no hablan si uno de ellos no quiere. Dos, en fin, no negocian si uno de ellos se niega. Y contra una situación así, poco se puede hacer. Eso es en definitiva lo que le está sucediendo al Real Madrid con Kylian Mbappé y el París Saint Germain. No encuentra un interlocutor válido con el que negociar y llegar a algún acuerdo para un traspaso del que está pendiente todo el mundo futbolístico. Así que se presenta al último día de mercado sin haber cerrado el fichaje y con la sensación de que puede que no se haga... O puede que sí. Pese a que el lunes no se terminó de avanzar, desde el Real Madrid se considera que no se han cerrado todos los puentes, que mientras haya tiempo, hay esperanza para conseguirlo. Es decir, que no fue el mejor día, pero tampoco fue el último.

Ahora el club espera que el PSG esté jugando con los tiempos y que, por tanto, esperar hasta el final sea también un arma de negociación. Si el club francés consigue que el Real Madrid se ponga nervioso y pierda la paciencia puede también conseguir que vaya subiendo la cantidad de la oferta. Esa es la teoría optimista desde España.

O puede que no, puede que desde Francia no se quiera vender a su delantero estrella y lo único que esté haciendo sea mostrar el orgullo de un club que no necesita hablar de dinero porque le sobra. Desde que Qatar se hizo con los mandos de la entidad parisina, el PSG se distingue por dos factores: su persecución infructuosa de la Champions y el terror que provoca en el resto de clubes europeos y mundiales por su potencial económico para comprar jugadores o retenerlos. Lo probó el Barcelona con Neymar y después lo vivió el brasileño cuando amagó con querer volver a Barcelona. Pero también lo saben Verratti o Rabiot, que quisieron irse antes de que acabase lo firmado. Un contrato con la entidad parisina es a fuego.

La oferta del Real Madrid, sin embargo, abrió algunas grietas y de ahí la esperanza blanca nada más mandar su primera ofensiva. No se esperaba que un club que depende de los ingresos que es capaz de generar pudiera poner 160 millones de euros en la mesa por un futbolista que al año siguiente quedaba libre. Eso hizo que muchos en Francia adoptarán una actitud distinta a la que había mostrado con otros futbolistas. Parecía que iba a ceder, que se sentaba a negociar como haría, más o menos lógicamente, cualquier club del mundo.

El paso de las horas ha ido dejando claro que no iba a ser tan sencillo.

El Real Madrid subió la oferta a 170 más 10 en variables para hacer caso a las palabras públicas de Leonardo, el director deportivo del club francés, que, en una entrevista con varios medios, entre ellos el Marca español, decidió mandar su mensaje al Real Madrid. Enfafado, pero receptivo. Regañando al club de Florentino Pérez, pero pidiendo que fuera más generoso con el dinero que ponía.

Ayer los acontecimientos se precipitaron, en un día de locos, que promete tener continuidad el martes, cuando el cierre definitivo de fichajes se acerque. Es la zona Florentino, cuando el poder de persuasión del presidente blanco seduce a todos. Así es como llegaron los grandes fichajes, cuando el máximo mandatario sacó todo su potencial. A eso se agarra la esperanza madridista para cerrer hoy un fichaje que sin duda se les está haciendo largo a todas las partes.

El lunes, a media tarde llegó la hora que el Real Madrid había puesto como límite para acabar con el traspaso. Según Le Equipe, el Madrid incluso, oralmente, accedió a subir la oferta de los 170 millones hasta los 200, aunque esos 30 de diferencia eran más como variables. La distancia es mínima. Pero el Real Madrid no estaba dispuesto a moverse de ahí y el PSG no parecía dispuesto, por su parte, a bajar sus peticiones. Ahí se paró todo. Pero sólo de momento.

La baza del Real Madrid es que la tentación del dinero es cada vez mayor para el PSG, porque las cifras empiezan a ser mareantes y más para un jugador que en enero podrá firmar por cualquier club y que ha repetido todas las veces que le han preguntado que no va a seguir en el club francés cuando termine su contrato el próximo junio.

No queda mucho tiempo, pero sí que queda tiempo. Y si no es ahora, en enero todo será de nuevo posible.