Fútbol
Ancelotti, sobre los pitos del Bernabéu ante el Shakhtar: “Está bien que la afición nos despierte”
Benzema marcó el gol 1.000 y el 1.001 del Real Madrid en Copa de Europa y Champions. Vinicius dio dos asistencias al francés. “Está enchufado”, aseguraba el técnico
«Cada partido disfruto de mi fútbol y ayudo a ganar a mi equipo», decía Benzema nada más recibir el trofeo que le reconocía como el mejor jugador del partido. No fue una actuación brillante la suya, pero está en un momento tan dulce que hasta un día tirando a normal lo aprovecha para hacer un doblete y entrar en la historia, al convertirse en el autor del gol 1.000 y del 1.001 del Real Madrid en la Copa de Europa y la Liga de Campeones, una cifra que ningún equipo ha alcanzado.
Y una hazaña que coloca al delantero en los libros de historia del club, si es que ya no lo estaba, y que además le sirve para seguir engordando unos números alucinantes en este comienzo de curso. Son 13 tantos los que suma el francés, tres en Europa, y 7 asistencias, es decir, que en lo que va de temporada ha participado directamente en 20 de los 35 goles que ha marcado el Real Madrid.
Una influencia brutal que justifica cómo el Santiago Bernabéu –en el primer día en el que los autobuses de las peñas volvieron a aparcar en la calle Concha Espina después de la pandemia– se rompió las manos para aplaudir cuando su estrella fue sustituida. Se marchó con un golpe que él mismo garantizó que no le va a apartar de la cita del sábado ante el Rayo Vallecano. «Voy a recuperar bien, no hay ningún problema», garantizaba Karim, que apareció menos que otras veces en el juego durante el partido, pero lo hizo para condenar al Shakhtar sin piedad.
Las dos veces empujó la pelota a la red después de una asistencia de Vinicius, que se ha adueñado definitivamente del área contraria. «Ha dado prácticamente los dos goles, el primero con una presión adelantada y el otro con Casemiro. Tiene confianza, está enchufado», decía de su futbolista más en forma Ancelotti. El entrenador le pide que juegue más por dentro, porque su uno contra uno es más peligroso cerca de la portería rival, y ahí se está haciendo gigante el brasileño, amenazando con el regate y tan clarividente en el pase como en el remate.
Ante el Shakhtar se puso el traje de asistente y en los dos chispazos activó el radar para encontrar a Benzema desmarcado y confirmar que está naciendo una pareja demoledora. Ellos personifican y monopolizan el ataque del Real Madrid, porque los números del brasileño ya se van disparando hasta los 9 goles y las 5 asistencias. Su chispa fue clave en los dos goles, los de un triunfo que acerca al Madrid a los octavos de final después de reparar la derrota ante el Sheriff con el pleno de puntos en la doble jornada consecutiva ante los ucranianos.
A la grada del Bernabéu no le gustó que su equipo perdiera la intensidad después de ponerse por delante y silbó en algún momento a los suyos, algo que a Ancelotti no le pareció mal. «Es una afición que exige mucho. Empezamos bien los dos tiempos y luego bajamos un poco. Está bien que la afición nos despierte con algunos pitos, esto nos ayuda», decía el técnico, que sí quería que sus futbolistas controlaran un poco después de marcar, pero con más nervio atrás. «No siempre se puede jugar bien», recordaba Benzema. «Jugamos cada tres días, es difícil».
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