Fútbol
Real Sociedad-Real Madrid (0-2): El líder se dispara
Vinicius marcó el primer gol, asistido por Jovic, que logró el segundo. Benzema se lesionó. Gran segunda parte de los de Ancelotti. Militao, sobresaliente
Metió el gol Vinicius y muchos de los jugadores del Real Madrid buscaron al brasileño primero y después a Jovic para darle un abrazo sentido, de reconocimiento, de «sabíamos que podías». Porque Jovic fue el que se dio media vuelta y le dio el pase al brasileño para que éste rematara como remata estos días después de regatear como ha regateado siempre. Jovic le devolvió la pelota como hubiese hecho Benzema si no se hubiera lesionado antes. Se preocupó todo el Madrid, de Ancelotti a los jugadores y de los directivos a los aficionados cuando le vieron en el suelo, pidiendo el cambio sin ofrecer otra solución: temieron porque su lesión sonaba a esos malos augurios en los que uno cree leer el futuro.
Pero estaba Vinicius para triturar los malos pensamientos y para dibujar, otra vez un futuro limpio y ganador (y van tantas esta temporada que los cronistas tenemos la sensación de reescribir lo ya escrito). Como en los últimos minutos contra el Sevilla, Vini empezó la carrera en paralelo al área y en vez de tirar, hizo la pared para rematar a gol.
Jovic, por su parte, devolvió los abrazos amistosos de sus compañeros para enseñarle al escéptico aficionado blanco qué tipo de delantero es: no sólo combinó bien, es que, un poco más tarde, culminó su tarde más brillante en el Real Madrid con un remate oportunista y en plancha para cerrar el partido y lanzar al Madrid en LaLiga. Los rivales dudan, pierden y temen esta semana europea porque detrás está el abismo, mientras el Madrid vuela.
Porque la tarde del sábado del líder fue como esas tardes de sábado que empiezan con incertidumbre, sin tener muy claro en qué consisten los planes o cómo van a salir, y según van pasando las horas, va ganando el entusiasmo y se convierte en una de esas noches clave. Perdió el Barcelona, perdió el Atlético porque Kubo hizo de madridista y el equipo de Ancelotti salió a Anoeta convencido de una cosa: que su entrenador tiene razón con su estricta política de no rotaciones. LaLiga puede decidirse ya.
El técnico no quería despistes en el complicado campo de la Real y por eso sólo tocó la banda derecha, que es el único sitio en el que se permite cambiar a Rodrygo y a Asensio casi cada partido, como si no tuviese claro quién es su preferido. Quizá es que esa banda, ante lo que hace Vinicius por el otro lado, ha perdido revelancia en el juego blanco. Era un partido para los veteranos porque la Real tiene confianza en sí misma para plantar cara a quien sea. Lo hizo durante los primeros cuarenta y cinco minutos, después, el tanto de Vinicius la dejó definitivamente ko.
Esa primera parte se jugó sin reservas, con más ocasiones para los locales, pero con el Madrid manteniendo el tipo y buscando las carreras de Vini por la izquierda. Oyarzabal y, sobre todo Rico, hacían daño a la defensa blanca por la banda de Carvajal. Rico ponía balones con el interior, con mucha curva y hubo momentos de tensión. Pero en cada uno de esos momentos aparecía Militao, un futbolista que, como Vinicius, ha pegado un salto espectacular en el equipo. Hace un año era un futbolista que temblaba en sus pocas titularidades. Acabó el curso pasado al mando de la defensa junto a Nacho, como si hubiese hecho el máster definitivo hacia la profesionalización y ha empezado la temporada de Ancelotti a un nivel excelente, que fue superado ayer. Estaba en todas: tirándose al suelo para evitar remates raso, estirando la pierna para despejar cabezazos casi en el área pequeño o saltando más que nadie para despejar los balones cruzados con los que la Real intentó agobiar al Real Madrid en la primera parte. Si Isak pasó por el choque sin dejar ni una noticia de su velocidad fue porque Militao se impuso en todos los duelos para aguantar en una primera parte igualada.
No hizo falta que Militao siguiese con su lección en la segunda parte, porque el Madrid impuso su estilo. Ni siquiera echó de menos a Benzema. Ni siquiera dejó plantear el debate de si entre Mariano o Jovic cuál debe ser su sustituto. El segundo tiempo blanco fue resolviendo las posibles dudas para los dos partidos bomba que le quedan a los blancos. Los de Ancelotti tuvieron la pelota, con posesiones más largas y defendiendo más lejos de la portería de Courtois que en la primera mitad. Además, tenía espacios para correr, que es la situación que más le gusta ahora al Real Madrid.
Tampoco le hizo falta. La Real se dio cuenta que había perdido la guerra y no tuvo ánimo para buscar como había hecho. Vinicius la había hecho sentir frágil. Ancelotti hasta tuvo tiempo de hacer un cambio que pocas veces va a hacer: quitó a Casemiro, porque estaba a una amarilla de sanción y porque tenía que parar el cuentakilómetros.
Hay que ir con cuidado: no ha venido el invierno y ya puede decidirse LaLiga.
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