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El Girona humilla al Barça en Montjuic y vuelve a ser líder de LaLiga (2-4)

No hay ninguna duda del poder del Girona, de que los de Míchel Sánchez van muy en serio. No es la revelación de la Liga, es la perla del campeonato

El Girona desnudó al Barcelona (2-4) para demostrar que va muy en serio a por la Liga, después de conseguir una victoria de prestigio que le da el liderato en solitario y deja a los azulgrana a siete puntos.

El equipo de Míchel Sánchez supo sufrir y definir; capeó el temporal y fue preciso y quirúrgico en los momentos calientes del partido, en los últimos minutos del primero tiempo y en la parte final del encuentro.

No hay ninguna duda del poder del Girona, de que los de Míchel Sánchez van muy en serio. No es la revelación de la Liga, es la perla del campeonato. Lo ha demostrado hasta ahora y lo ha certificado ante el Barcelona, en un partido en el que su técnico jugó al engaño.

Dijo en la víspera que su equipo no podía jugarle de tú a tú al Barcelona, porque los azulgrana le podían hacer daño. Pero quien lastimó a los barcelonistas fue el Girona, con un juego vertical, con las piezas afinadas y penalizando cada error.

Y eso que el Barcelona, en el primer tiempo, jugó durante muchos minutos su mejor fútbol del curso. Pero el Girona, con las proyecciones de Tsygankov por la derecha y de Sávio por la izquierda, las llegadas de Miguel y la omnipresencia de Dovbyk fijando a los centrales, asustó.

En la primera parte, el partido fue un continuo ida y vuelta, el equipo que no tuviera el balón iba a sufrir y el primero que golpeó fue el Girona. Avisó con dos acciones de Tsygankov y de Dovbyk, y a la tercera, una conexión ucraniana, tras un error de Christensen, permitió al nueve del Girona adelantar a los suyos en el minuto 12 (0-1).

Al Barcelona, la excelencia de su tripleta de centrocampistas, le había servido de poco; el puñal que era Raphinha por la derecha, no le llegaba. Sin embargo, en un saque de esquina, Lewandowski se adelantó a los centrales y equilibró el partido (1-1, min. 18).

A partir de entonces, los azulgrana llevaron el mando de las operaciones. Dominaban a un Girona que sin balón andaba perdido, pero no acababan los de Xavi sus jugadas. En cuanto los de Míchel pudieron respirar, volvieron a castigar a la dubitativa defensa local.

Además, Gundogan, Pedri y De Jong sufrían demasiado en las coberturas y empezaron a crecer Sávio y también Miguel Gutiérrez por la derecha. Dovbyk tuvo un par de remates cercanos e Iñaki Peña se lució en un par de remates cercanos.

Apretaba el Girona y respondía el Barça, ahora por la izquierda con la conexión lusa y un remate de Cancelo detenido por Gazzaniga. Hasta que de nuevo los de Míchel acertaron en una acción de Miguel que se encontró una autopista por su banda, buscó el vértice del área grande y lanzó un zurdazo a la cruceta de la meta azulgrana.

El 1-2, en el minuto 40, era la demostración de que el Girona va muy en serio. Tanto que en 45 minutos supo sufrir para helar a los azulgrana, que no acababan de creer lo que estaban viendo en una primera mitad de ensueño.

Toda la fluidez que hubo en la primera mitad, con solo cuatro faltas, se perdió en los primeros minutos de la segunda. Apretaron todos los dientes, especialmente los azulgrana, que durante los primeros quince minutos embotellaron al Girona.

Gazzaniga tuvo que intervenir repetidamente en tímidos remates de de Jong (min. 51), Raphinha (54 y 58) y Gundogan (57). El Barça no acertó y en cuanto el Girona tuvo el balón volvió a la carga y sembró de nuevo el desconcierto en la defensa local.

Movió tres fichas Xavi con la entrada de Lamine Yamal, Balde y Ferran por Christensen, Joao y Raphinha en el minuto 65. Y el Barça puso más intensidad y más ritmo durante unos cuantos minutos hasta que volvió a recuperar la posesión el equipo de Míchel y el partido volvió a cambiar de dinámica.

Y se repitió la historia del primer tiempo. Creyó el Girona, volvió a tener el balón y a diez minutos del final anotó el tercero. Fue en una acción de Stuani sobre Valery, que controló y puso el balón junto al palo izquierdo de la meta de Iñaki Peña (1-3, min. 80).

Sávio se encontró con Iñaki Peña que evitó el 1-4 en pleno desconcierto azulgrana, pero Gundogan descontó en el 92 para el 2-3 y darle emoción a los minutos finales. La hubo justo hasta que Stuani remató el 2-4 en el minuto 95 un gran centro de Sávio.

Con este resultado, el Girona deja muy tocado al Barça, consigue el liderato en solitario, logra la primera victoria de su historia ante los azulgrana, pero sobre todo demuestra que ya no es la revelación del campeonato, es una realidad.