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Griezmann arrasa al Celta (0-3)

A la media hora el Atlético se vio con uno más y un gol de ventaja y todo fue más fácil. El francés marcó los tres goles

Ni siquiera con un gol de ventaja y jugando contra diez pareció encontrar la paz el Atlético. Pero tienen a Griezmann los rojiblancos, el mejor jugador del pasado Mundial aunque los premios sólo reconozcan a Messi porque es Messi. Y el francés convirtió con sus tres goles a un equipo que dudaba en una apisonadora que pasó por encima del Celta, aunque fuera más en el marcador que sobre el césped.

El Celta no se rindió aunque lo tuviera todo en contra cuando antes de llegar a la media hora de partido se quedara sin su portero, Iván Villar, expulsado en una jugada frustrante para él. Intentó atrapar una pelota en lugar de despejarla, pero se le escapó y cayó a los pies de Morata. Lo derribó al intentar corregir. Expulsión y penalti que marcó Griezmann.

No se vino abajo el Celta a pesar de que el castigo era exagerado para su portero, que había hecho alguna buena parada antes de marcharse. Una amarilla hubiera sido suficiente. A pesar de todo los vigueses se fueron a buscar el gol del empate. Aspas se movía con facilidad entre líneas y encontraba a Larsen, aunque le faltara puntería para igualar el partido.

Simeone corrigió el dibujo en la segunda mitad. Se olvidó de los cinco defensas que partían al equipo y dejaban abandonado a Koke, muy lejos de sus compañeros de centro del campo. Jugó con cuatro en el fondo, Azpilicueta se fue a cubrir el lateral izquierdo y Riquelme, que jugaba por delante en ese costado, llegaba hasta la línea de fondo con frecuencia.

No se rendía el Celta. Bamba mandó un disparo al larguero y Oblak estuvo cerca de marcarse un gol después de desviar un remate de De la Torre que se le enredó en el pie. Pero el Atlético tiene a Griezmann. Y todo es más sencillo cuando juega el francés, que marca hasta sin querer.

Así llegó el segundo gol del Atlético, en un error de Griezmann, que quiso pasar a Morata con la derecha y la pegó tan mal que Guaita dejó descubierto el palo más cercano por donde se coló la pelota. No pudo evitar las risas Griezmann cuando se abrazaba con Correa para celebrarlo después de pedir disculpas a Morata por el centro que nunca le llegó.

Pero hay algo más que casualidades y decisiones arbitrales exageradas detrás de la victoria del Atlético, un equipo que demuestra que es capaz de jugar muy bien, como hizo para llegar al tercer gol. En la jugada participaron Molina, Correa y Morata antes de que el lateral centrara al área donde el «7» del Atlético sólo tuvo que empujar la pelota a la portería.

Había convertido un partido complicado para el Atlético a pesar de las superioridades numéricas en una goleada para los rojiblancos. Goleada que pudo ampliarse en los últimos minutos. A Soyuncu, que apareció en la segunda mitad, le anularon un gol por fuera de juego. Y Correa también estuvo cerca de marcar, pero su remate se fue al lateral de la red.

El Celta ya no tenía a Aspas en los últimos minutos. Pagó el desgaste de jugar con uno menos y Benítez decidió sustituirle ante el enfado del capitán, que se fue de mala gana al banquillo, más molesto con su actuación en los últimos minutos que con la decisión de su entrenador.

Griezmann se marchó feliz, con una sonrisa en los labios y el balón debajo del brazo como premio a sus tres goles.