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Hípica

"Gem Twist", el caballo que trascendió su tiempo

Su binomio con Greg Best fue legendario. La descendencia de sus clones, que se han centrado en la reproducción, compite en los circuitos internacionales

"Gem Twist", en plena competición
"Gem Twist", en plena competiciónChacco Marketing

"Gem Twist" es más que una leyenda del Salto de Obstáculos. Nacido en 1979 en la yeguada del mítico Frank Chapot, en Estados Unidos, fue hijo de "Good Twist" y nieto del influyente "Bonne Nuit" y de "Coldly Noble". Desde potro mostró un equilibrio excepcional y una técnica brillante. De capa torda y temperamento noble, combinaba fuerza e inteligencia, precisión y una elegancia natural que lo hacían inconfundible.

Su eclosión llegó con el estadounidense Greg Best en los Juegos de Seúl 1988. Conquistó dos platas, individual y por equipos, y se convirtió en leyenda. Fue elegido tres veces "Caballo del Año" por la Federación Ecuestre de Estados Unidos, un récord que no se ha igualado. Greg Best decía que montar a "Gem Twist" era "bailar con alguien que siempre sabe el siguiente paso". Aquel entendimiento entre jinete y caballo era lo que convertía el binomio en único.

Laura Chapot, hija de su criador, continuó compitiendo con él, prolongando la magia de un caballo que parecía entender el salto como un arte. "Gem Twist" se retiró como uno de los mayores exponentes del salto moderno y falleció en 2006 con veintisiete años. Pero su historia no terminó ahí. Frank Chapot, consciente del valor genético y simbólico del caballo, había conservado material biológico suyo. Años más tarde, la ciencia hizo posible algo que parecía impensable: devolver parte de esa herencia a la vida. Así nacieron sus clones, "Gemini" y "Murka’s Gem", concebidos para perpetuar la línea de un caballo castrado y, por tanto, sin descendencia natural.

"Gemini" nació en 2008 y fue criado en Europa como semental. En los últimos años ha cubierto centenares de yeguas, y sus descendientes ya compiten en distintos circuitos internacionales. Los criadores quieren ver en sus hijos trazas del caballo original. Su hermano de clonación, "Murka’s Gem", nació poco después y también ha sido utilizado en la cría de caballos de deporte. Ninguno de los dos clones ha competido en pista: su papel se ha centrado en la reproducción, intentando asegurar que la línea genética de "Gem Twist" continúe viva en nuevas generaciones. La clonación presenta un debate abierto, pero es una realidad palpable. La moralidad y la epigenética entran en la ecuación, pero los más "románticos" en este caso lo que buscan es tener en su haber la genética de uno de los mejores caballos del mundo del Salto.

Los descendientes de "Gemini" y "Murka’s Gem" se han ido incorporando progresivamente a las pistas europeas y americanas, demostrando que aquella genética sigue vigente. Más allá de los resultados, la existencia de estos clones ha reabierto un debate: ¿puede la ciencia recrear la esencia de un caballo? ¿Se hereda el talento o se construye en la relación con el jinete? Los expertos coinciden en que la genética puede transmitir predisposición y cualidades físicas, pero no la conexión única que se forja en el entrenamiento y la confianza mutua. La magia que unió a Greg Best y "Gem Twist", esa compenetración que desbordaba técnica, no puede clonarse. Puede que ahí resida la verdadera grandeza de "Gem Twist": en haber trascendido su tiempo y su cuerpo para convertirse en un símbolo. Él es la demostración de que el legado deportivo también puede ser biológico, aunque el alma siga siendo inimitable.

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