Jenni Hermoso rompe su silencio en Instagram sobre la multa a Rubiales

Jenni Hermoso, por fin, ha roto su silencio tras conocerse la sentencia que condena a Luis Rubiales por el polémico beso no consentido durante la celebración del Mundial Femenino de 2023. Ha habido muchos comentarios, pero la víctima no había hablado aún. La futbolista española ha compartido un mensaje en sus redes sociales que refleja tanto alivio como determinación, marcando un punto de inflexión en un caso que ha mantenido en vilo a la opinión pública durante más de un año y medio.

"Después de todo, esto creará un precedente importante en un entorno social en el cual aún queda mucho por hacer", escribió Hermoso en Instagram, consciente de que su testimonio ha trascendido lo individual para convertirse en un símbolo. La sentencia, que impone a Rubiales una multa de 10.800 euros y le prohíbe acercarse a la jugadora, representa un reconocimiento jurídico de la agresión, aunque muchos la consideran insuficiente. Más allá de lo económico, el fallo es una referencia en la lucha contra el acoso y la violencia sexual en el deporte.

La frase "Tengo el corazón lleno de cada una de las personas que han estado, están y seguirán conmigo en esta lucha" sintetiza la dimensión colectiva de este proceso. Hermoso no ha estado sola: sus compañeras, el movimiento "Se Acabó" y una parte importante de la sociedad han respaldado su postura con una firmeza poco habitual en el fútbol español. Este apoyo ha sido clave para mantener vivo el debate y presionar a las instituciones, a menudo reacias a actuar con determinación.

El cierre de su mensaje, "Y ahora sí, se acabó", retoma el lema que se convirtió en un grito de protesta tras los hechos de 2023. Pero, aunque el tono de Hermoso sugiere un intento de dar carpetazo a este episodio, la realidad es más compleja. Su equipo legal y el de Rubiales han anunciado su intención de recurrir la sentencia, lo que sugiere que el proceso judicial aún tiene recorrido.

En octubre de 2024, Hermoso recibió el Premio Sócrates en la gala del Balón de Oro, un reconocimiento a su compromiso con la igualdad y su papel en la denuncia de la violencia en el deporte. No es un detalle menor: en un entorno que ha silenciado durante años este tipo de abusos, la visibilidad de su lucha ha tenido un impacto indiscutible.

Su mensaje final es una mezcla de sensaciones: satisfacción por el reconocimiento legal de la agresión, gratitud hacia quienes la han apoyado y la voluntad de pasar página. Pero en sus palabras también subyace una certeza: el camino hacia la igualdad en el fútbol y en la sociedad aún está lejos de completarse.