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Jakob Ingebritsen barre a los africanos en un 1.500 de vértigo

El noruego ganó el oro con nuevo récord olímpico y de Europa, 3:28.32. Adel Meechal fue quinto en la carrera más rápida de su vida

Jakob Ingebrigtsen celebra la marca con la que se proclamó campeón olímpico
Jakob Ingebrigtsen celebra la marca con la que se proclamó campeón olímpicoCharlie RiedelAP

Jakob es el pequeño de los Ingebritsen y con 20 años ya es campeón olímpico. La final del “milqui” fue una maravillosa locura liderada por el noruego. Se llevó el oro con unos fantásticos 3:28.32, nuevo récord olímpico y de Europa. Tras él, el keniano Cheruiyot y el británico Kerr, ambos también por debajo de 3:30. Adel Meechal fue quinto con la mejor marca de su vida, 3:30.77. Ignacio Fontes termino décimo tercero lejos después de descolgarse en una final imposible.

La final arrancó rápido, pero la primera vuelta fue poco menos que una broma para todo lo que sucedió después. Cuando los kenianos tomaron la cabeza de la carrera se acabaron los miramientos. Todo el mundo en fila india y el que pudiera engancharse, que lo hiciera. En el grupo de elegidos se coló Meechal. Resistió el primer arreón salvaje de los africanos. Cuando llegó el segundo se trató simplemente de sobrevivir. Pocos lo hicieron e Ingebritsen se armó de paciencia para seguir la estela de los kenianos. El noruego llegó intacto a la última vuelta. Se mantuvo expectante en la contrarrecta y en la última curva despegó. Su aumento de ritmo llegó sin alterarse, sin modificar el gesto, sin brusquedad alguna. Fue limpísimo, un acelerón como si las tres vueltas anteriores no hubieran existido. Salió de la curva con el oro garantizado. Quedaba el reto de dejarse ir en los metros finales o dejar una marca para la Historia. Apostó por lo segundo. Y terminó con 3:28.32, el octavo mejor registro de todos los tiempos y un nuevo récord de Europa. Atrás quedaron los 3:28.76 de Mohamed Katir hace poco menos de un mes en Mónaco. Asombroso Ingebritsen.