RFEF

La red «clientelar» de Villar para mantenerse en el cargo

El juez envía a la cárcel al presidente de la RFEF, a su hijo Gorka, el «gestor en la sombra», y a Padrón por crear un entramado de desvío de fondos

El furgón policial que traslada a prisión al presidente de la RFEF, Ángel María Villar, y su hijo Gorka, a la salida hoy de la Audiencia Nacional.
El furgón policial que traslada a prisión al presidente de la RFEF, Ángel María Villar, y su hijo Gorka, a la salida hoy de la Audiencia Nacional.larazon

El juez envía a la cárcel al presidente de la RFEF, a su hijo Gorka, el «gestor en la sombra», y a Padrón por crear un entramado de desvío de fondos y tejer una red «clientelar» para mantenerse en el cargo.

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, durmió ayer en la prisión de Soto del Real (Madrid). El magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz acordó a última hora de la tarde, a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, la prisión incondicional (sin posibilidad de eludirla con el pago de una fianza) del dirigente deportivo, de su hijo Gorka y del vicepresidente económico de la federación, Juan Padrón, por crear un «entramado» de desvío de fondos, con «la voluntad de enriquecerse o favorecer el enriquecimiento de terceros», y una red clientelar para perpetuarse en el cargo, en el que lleva ya 29 años. El cuarto detenido en la «operación Soule», el secretario de la Federación Tinerfeña de Fútbol, Ángel Hernández, también ingresó en prisión, pero podrá abandonarla si paga una fianza de 100.000 euros.

A todos ellos el magistrado les imputa los delitos de administración desleal, apropiación indebida y/o estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares. En su resolución, Pedraz hace suyos los argumentos de las fiscales Anticorrupción Inmaculada Violán y Esther González sobre el peligro de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva que existiría, en su opinión, de dejar en libertad a Villar, su hijo y a Padrón, «máxime ante la gran capacidad económica de la que disponen». El instructor apunta que una vez analizada toda la documentación intervenida en los registros del pasado martes y practicadas determinadas diligencias «podrá en su caso reconsiderarse su situación personal».

Pedraz sostiene –en la resolución en la que justifica los motivos para enviarle a prisión– que el presidente de la RFEF creó ese presunto entramado de desvío de fondos «presumiblemente con conocimiento y consentimiento de los principales dirigentes» de la Federación, su Fundación, su Mutualidad (Mupresfe) y las delegaciones territoriales.

El más beneficiado de ese presunto saqueo de la RFEF sería su hijo Gorka, abogado especializado en derecho deportivo, quien habría obtenido cuantiosos ingresos (de hasta 320.000 euros por dos amistosos con Argentina en 2009 y 2010) vinculados con la organización de al menos una decena de amistosos de la Selección.

Pedraz llama la atención sobre los «excesos» de Villar en las «facultades de administración del patrimonio y recursos» de la RFEF respecto a su hijo Gorka. A través de la sociedad de asesoramiento jurídico-deportivo que este último administraba, Sport Advisers, resultó ser «el mayor beneficiado a través de su padre y de otro personal afecto a la RFEF en la dirección y administración». En múltiples conversaciones intervenidas se ha demostrado, recuerda, «el cada vez mayor control de Gorka en la Federación». Pese a no tener «ningún cargo o vinculación laboral» en la misma, subraya, disponía de medios humanos y materiales, tomaba parte en las relaciones internacionales de la entidad, participaba en seminarios y en la organización de partidos amistosos de la Selección, actividades en las que «en muchos casos existen indicios» de que se habría beneficiado e incluso de que se habrían puesto en marcha precisamente buscando «un resultado lucrativo» para él, a quien los investigadores definen como «un gestor en la sombra de la RFEF».

El juez de la Audiencia Nacional también imputa a Villar la puesta en marcha de un «clientelismo» tanto en la contratación de personal, «que recae fundamentalmente en familiares», como en la supuesta adjudicación arbitraria de contratos de suministro y prestación de servicios a empresas vinculadas, «bien directamente o bien a través de familiares», consiguiendo determinadas «contraprestaciones» a cambio. Incumpliendo así, añade, sus obligaciones como responsable de los fondos de la Federación y «aprovechándose» del puesto que ostentaba desde hace tres décadas. En algunos casos, resalta, esas prácticas irregulares se habrían llevado a cabo «mediante el uso de documentación creada ex profeso para amparar dichas conductas».

Villar utilizaba sus nombramientos –sostiene el juez Pedraz– «a modo de recompensa para premiar la lealtad de los presidentes de las federaciones territoriales que le son afines (entre ellas las de Madrid, Murcia, Ceuta y Cantabria) y, en sentido contrario, vetar a los que no» lo eran. Disponiendo para sus fines, eso sí, del «patrimonio ajeno que administra», el de la RFEF.