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La Juventus enseña el escudo

El Tottenhamen, líder en el grupo del Real Madrid e invicto hasta ayer, cae eliminado tras recibir dos goles de los italianos en tres minutos. Se esperaba a Kane, pero el crack fue Higuaín.

Gonzalo Higuaín celebra un gol con la Juventus.
Gonzalo Higuaín celebra un gol con la Juventus.larazon

El Tottenhamen, líder en el grupo del Real Madrid e invicto hasta ayer, cae eliminado tras recibir dos goles de los italianos en tres minutos. Se esperaba a Kane, pero el crack fue Higuaín.

En tres minutos acabó la Juventus con el Tottenham. Enseñaron su escudo los italianos y la primera derrota de la temporada envió a casa a uno de los equipos de moda. Es la diferencia entre los clubes acostumbrados a ganar títulos y los que hace muchas décadas que no levantan un trofeo importante. El crecimiento del proyecto de Pochettino lo cortó de golpe esa Juve a la que nunca se le puede dar por muerta y que no necesita ser mejor que el rival para ganarlo.

Un par de zarpazos bastaron a la «Vecchia Signora» para abatir a la tropa de Harry Kane, que no encontró ese gol salvador en los últimos minutos para llevar el debate a la prórroga. Es un magnífico futbolista el inglés, seguramente uno de los mejores delanteros del momento, pero su buen partido ayer no fue suficiente. Demostró que sabe jugar fuera del área, tocar de espaldas y ser creativo, como se pudo ver en el tanto del Tottenham, que empezó con un pase suyo en tres cuartos de campo. Sólo se le echó de menos dentro del área, donde dejó el protagonismo al coreano Son, que asustó un par de veces a Buffon antes de abrir el marcador. Kane remató menos de lo que se esperaba y quizá aprendió una lección que Cristiano y Messi llevan tatuada: en las grandes noches la diferencia entre los buenos y los cracks es la capacidad para ser decisivos.

No lo fue Harry y sí un futbolista castigado muchas veces por la fama de temblar en momentos de presión. Higuaín apareció en la segunda mitad para clasificar casi él solito a los suyos. Primero con un remate de lo que es: un gran cazador de goles. Prolongó Khedira con la cabeza y él apareció para cambiar la dirección del balón y dejar paralizado a Lloris. Lo gritó con rabia el argentino, que tres minutos después cambió la fuerza de su celebración por la delicadeza con un pase entre los dos centrales que puso a Dybala delante del portero local. El ex del Palermo engaña con su cara de niño, pero es un depredador. Devoró a Lloris con un remate alto y cruzado y con él se llevó por delante a todo el Tottenham, que a los puntos merecía la clasificación. Había sido mejor casi toda la noche y sólo se había asustado cuando Douglas Costa cayó en el área en lo que pareció un posible penalti de Vertonghen. Hasta en el arbitraje parecía que los de Pochettino habían encontrado esa dimensión de equipo grande que andan buscando, pero entonces apareció la Juventus de toda la vida y enseñó el peso de su escudo con dos Copas de Europa y mil batallas ganadas. La fuerza de la costumbre.