Fútbol

La lección de liderazgo del futbolista que perdió el 9 con Cristiano Ronaldo

La capacidad de sacrificio de Iván Zamorano, puesta como ejemplo de marketing empresarial

“Me sacrificaba más que Ronaldo” (la lección de liderazgo del futbolista que perdió el 9)
“Me sacrificaba más que Ronaldo” (la lección de liderazgo del futbolista que perdió el 9)Icare

El mundo del fútbol es un vehículo muy eficaz para trasladar valores humanos y sociales, tanto en positivo como en negativo. Y uno de ellos es el de la importancia del trabajo en equipo frente al individualismo.

En el ámbito laboral, de hecho, la filosofía de pertenencia a un equipo, con todas las ventajas que ello implica, es cada vez más valorada en los procesos de selección, porque permite explotar al máximo las fortalezas de cada uno y hacer menos visibles las debilidades.

Es lo que en términos psicológicos (y en su aplicación empresarial) se conoce como un DAFO, el conjunto de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades que cada uno tenemos y que trasladamos a todos los ámbitos de la vida.

Estos días circula por redes sociales un ejemplo de esta filosofía de aprovechar las fortalezas y las debilidades para hacer mejores a los demás: un discurso pronunciado por el ex futbolista chileno Iván Zamorano, ex del Real Madrid y del Inter de Milán, que ejemplifica como el que más lo importante que es sacrificarse por los demás en el campo de juego.

Algunos usuarios de Linkedin, como el empresario Alberto Rodilla, han sabido ver de forma acertada en este mensaje un eficaz ejemplo de los que es un DAFO.

La importancia de sacrificarse por el equipo

En un discurso repleto de ironía, Zamorano explicaba cómo, tras dejar el Real Madrid “como figura”, fichó por el Inter de Milán con el convencimiento de que tenía el número 9 y la titularidad asegurados. “Y entonces el Inter fichó a Cristiano Ronaldo… y lo primero que perdí fue el número 9. Y después a otro gran delantero, el ‘Toro’ Vieri. Mi puesto estaba asegurado… en el banquillo”.

El luchador delantero chileno se preguntó entonces qué debía hacer “para poder jugar antes que estos dos monstruos”. “Descubrí algo: que ni Ronaldo ni Vieri se sacrificaban por el otro. Yo sabía desde chiquito que los equipos no se hacen solo con estrellas. Faltaba alguien que se sacrificara por el compañero, que echara una mano, que corriera más que los demás, que no solo hiciera goles, sino que fuera el primer defensa”.

“Esto es lo que ustedes llaman inteligencia de mercado -afirma apelando al auditorio-. Hay que estudiar a la competencia, analizar sus debilidades y fortalezas y buscar por dónde entrar. Y convencí al entrenador: como ninguno de dos se sacrificaba por el otro, yo corría más, me sacrificaba más por el equipo. En los cinco años en los que estuve en Italia Ronaldo y Vieri tuvieron que alternarse conmigo. Eso forma parte de un liderazgo que fui ganando en la cancha simplemente poniendo el pecho al servicio de los demás”.

La charla fue pronunciada por Iván Zamorano en 2006 en un charla ante el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare).