Real Madrid

Celta de Vigo

Benzema enciende la luz y el Madrid gana en Vigo (2-4)

Benzema, dos, Sergio Ramos de penalti y Ceballos, autores de los goles

Karim Benzema celebra su gol ante el Celta. REUTERS/Eloy Alonso
Karim Benzema celebra su gol ante el Celta. REUTERS/Eloy Alonsolarazon

Ahora Benzema es un fuera de serie. Como los juicios en el fútbol van tan deprisa y cambian según los partidos, ahora Karim es un jugador insustituible en el Madrid, el jugador más necesario de un equipo en reconstrucción y en clara tendencia ascendente, capaz de sobreponerse a cualquier accidente. Y fueron muchos los que se vivieron en Vigo.

Recuerden que hace un par de semanas Karim no hacía un gol y Mariano tenía que ocupar su lugar porque es un futbolista que salta mucho y mueve con excesiva pasión la cabeza cuando se eleva. Para cuando llegue un encuentro o dos sin gol, conviene, pues, no olvidar lo que está haciendo Benzema en este Madrid que busca aire, gana tiempo y vuelve a meterse en el lío de la Liga con todas las garantías.

No necesita a nadie más para fabricarse goles, porque controla balones como nadie y regatea con sutileza en el área: de repente aparece por la espalda del defensa que antes le tenía enfrente. Karim Benzema es uno de los principales responsables de que la vida de Solari en el banquillo blanco empiece a ser lo indefinida que puede ser la estancia en ese lugar. En Vigo, el francés se inventó los dos primeros goles, haciendo maravillas en el área y pidiendo la pelota para salvar a un Madrid que se caía a pedazos. Y no es una licencia poética.

Es que se fue cayendo. Primero Casemiro, que obligó a Solari a poner a Ceballos como mediocentro gran parte del partido; después Reguilón, que se lanzó al suelo cuando su cuerpo le dijo que hasta aquí y Solari tuvo que hacer el segundo cambio antes del descanso. Puso a Nacho a la banda izquierda y dio el puesto de central al canterano Javi Sánchez. Y ya en la segunda mitad, el que no pudo más fue Nacho: se marchó cojeando. El técnico cambió de nuevo, como un capitán que va tapando agujeros en un barco que, hasta ese momento, no navegaba mal.

Acabó Lucas Vázquez de lateral izquierdo y Asensio de extremo en la banda derecha. Y así, temiendo que un jugador pusiese cara de dolor, que un golpe lastimara a otro futbolista, llegó el Madrid hasta la victoria con Bale casi cojeando hasta el final y marcando incluso un par de goles más y dando un paso adelante en la Liga en un día difícil, en un campo complicado.

Fue un equipo serio, dispuesto para la pelea de patadas que le planteó el Celta y al que la luz de Karim le llevó a la victoria. Solari volvió a apostar por Lucas Vázquez para dar más profundidad a las bandas. Con este plan, a Asensio e Isco les va a costar encontrar su sitio en el once titular porque los planes le están saliendo bien al entrenador. No fue el encuentro más vistoso del Madrid, pero sí que lo jugó con personalidad en los malos momentos, dominando a ratos y aguantando bien cuando el Celta vio más cerca el empate.

El conjunto de Solari quisó avanzar por las bandas, porque es una de sus mejores armas ahora, más cuando Bale parece que va a ser extremo izquierda, el lugar que mejor le viene a sus características para poner balones, aunque pierde capacidad para llegar al área y disparar. Con todos los jugadores sanos, fue mejor el Real Madrid y también cuando Ceballos se puso de mediocentro y no le pesó el puesto. Modric tuvo más físico que otros días y eso lo notó el juego de los suyos.

Pese a eso, el partido fue espeso, aunque fue mejor el Madrid. Lo que sucede es que hace apenas dos semanas, estos encuentros los perdía y ahora los gana y mete cuatro goles. No es que le haya cambiado la fortuna, es que también le ha cambiado la puntería y la personalidad: ya no es el equipo que duda cuando las cosas se tuercen. Ahora confía en que es capaz de remontar esas malas situaciones. Tras el segundo gol de Benzema y con los cambios obligados, el Celta se encontró con un gol y se metió en el partido. Era un momento delicado y esta vez lo sacó bien el Madrid, muy bien asegurado atrás por Courtois.

Una incursión de Odriozola que acabó en penalti sacó al Madrid del peligro. Ramos lo marcó de Panenka, claro. Ceballos hizo otro. Festival de goles, nuevos tiempos.