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Análisis
El nuevo Fabio Quartararo sí que puede ser campeón de MotoGP
El piloto francés reconoce que ha cambiado mentalmente y es más fuerte de cabeza que el año pasado. Con cuatro triunfos en nueve carreras tiene encarrilado el título
Muchas veces las cargas más pesadas son aquellas que no se ven. No son tangibles, pero son tan complicadas de arrastrar como una piedra enorme. Y eso, una roca gigante, se le metió en la mochila a Fabio Quartararo el curso pasado cuando la lesión borró del mapa a Marc Márquez y él ganó las dos primeras carreras. Todo el mundo daba por hecho que él sería el heredero del trono de MotoGP y lo que sucedió fue que la presión le pudo al francés, que no supo cómo negociar esa responsabilidad tan gigante.
Comenzó a fallar, a no ser el que solía, y Joan Mir, como la mejor hormiguita, fue sumando puntos hasta convertirse en el campeón por sorpresa. Este año Márquez está de vuelta, pero a medias, todavía no está recuperado lo suficiente como para pelear por el título, así que no cuenta y los ojos otra vez apuntan a Quartararo. Lo que sucede es que este Fabio es un piloto distinto y parece que la presión esta vez se la va a meter en el bolsillo como si nada.
«La ventaja (en la clasificación) está bien, pero lo más importante es que he cambiado mucho mentalmente. En otro momento, cuando Maverick se puso delante, hubiera cortado para mantener los puntos, pero es el momento de ganar carreras. Estamos a mitad de campeonato y lo llevamos bastante bien», decía el francés pletórico después de una exhibición en Assen que le dispara al frente de la tabla del Mundial.
Suma cuatro victorias este curso, que ya es el mejor de toda su vida en la categoría reina, porque el pasado ganó tres veces y el anterior, el de su estreno, ninguna. Sólo tiene 22 años, aunque es mucho más maduro tras el sufrimiento de la temporada pasada. No ganó el título, pero aprendió qué hay que hacer para conseguirlo. Y en ello está.
Se va de vacaciones tras nueve carreras con seis podios, cuatro triunfos y 34 puntos de ventaja sobre Zarco, que es segundo, y 47 respecto a Bagnaia, tercero en la general. Un buen colchón, aunque como él dice, lo importante es su fortaleza mental, la que usó en las siete primeras vueltas para no precipitarse cuando no encontraba la manera de adelantar a Bagnaia. El italiano se puso delante para frenar su escapada y lo consiguió durante un buen rato. Luego se impuso la lógica, porque cuando Quartararo cogió la cabeza fue un cohete. Lo celebró en pista con un palo de golf y una bola a la que consiguió golpear al tercer intento. «Sólo llevo cinco días jugando», reconocía excusándose por sus problemas con el «swing».
De momento no tiene «feeling» con el hierro 7, todo lo contrario que con la Yamaha, a la que por ahora conduce con paso firme hacia el título. Quedan diez carreras por delante después del mes y medio de vacaciones que arranca ahora en MotoGP. Con permiso de las Ducati y de Mir, ayer tercero, lo tiene bastante encarrilado. «Será difícil pararlo, tiene buena velocidad en todos los circuitos y no está fallando. La segunda mitad de temporada hay circuitos no tan favorables para ellos, la afronto con optimismo y esperamos estar por ahí cerquita», decía el vigente campeón, que con su remontada de ayer se va con algo de alegría al parón. Eso sí, es consciente de lo que hay: «Con el paquete (moto-piloto) que tenemos ahora no hay opción», decía esperando que Suzuki mejore. Tras el descanso espera volver fuerte Márquez, séptimo en Assen tras salir el veinte y con ganas de darle un respiro a su cuerpo.
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