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No al derbi «indepe» en EE UU

La reunión entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con Luis Rubiales, presidente de la Federación, e Infantino, máximo dirigente de la FIFA, desbarató los planes de Tebas de jugar el Girona-Barcelona en Miami. No quieren que sirva como altavoz del nacionalismo.

Hinchas del Girona durante un partido frente al Barcelona en el estadio de Montilivi. (AP Photo/Manu Fernandez)
Hinchas del Girona durante un partido frente al Barcelona en el estadio de Montilivi. (AP Photo/Manu Fernandez)larazon

La reunión entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con Luis Rubiales, presidente de la Federación, e Infantino, máximo dirigente de la FIFA, desbarató los planes de Tebas de jugar el Girona-Barcelona en Miami. No quieren que sirva como altavoz del nacionalismo.

El fútbol consiste en saber atacar y en saber defenderse, en aprovechar las oportunidades y dominar la situación más que el contrario. Si Javier Tebas, presidente de LaLiga, junto al Girona y el Barcelona fueron al ataque el martes presentando su petición oficial de disputar el encuentro de marzo en Miami en vez de en el campo del Girona, ayer Luis Rubiales, presidente de la Federación se defendió mejor y desbarató cualquier ataque con la complicidad del Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y de Giovanni Infantino, presidente de la FIFA. Se reunió con ellos durante una hora en La Moncloa y quedaron de acuerdo en que ninguno de los tres ve viable, ahora mismo, organizar un partido como el Girona-Barcelona, con toda la carga política que conlleva.

Los clubes están convencidos de la viabilidad económica de la operación, del escaparate que supone para los dos y Javier Tebas asegura que el beneficio para LaLiga y las puertas que le abre a su expansión superan cualquier inconveniente. Por eso había firmado un contrato con la empresa Relevent, que ya organiza partidos de verano y amistosos en Estados Unidos para celebrar un encuentro oficial. Pero por muy de acuerdo que estén y por muchas ganas que tengan de organizarlo, nada pueden hacer si no tienen el visto bueno de la Federación. Porque es el máximo organismo del fútbol español el que domina el balón de este proceso y es de quien depende totalmente dar viabilidad a este plan. Y tras la reunión ayer en La Moncloa entre Pedro Sánchez, Luis Rubiales y el presidente de la FIFA, Giovanni Infantino, el partido de Liga fuera de España no parece nada factible.

Rubiales no va a decir hasta la próxima semana o incluso puede que se tome más tiempo para hace oficial su postura, pero desde un primer momento no le pareció buena idea sacar un encuentro fuera. No ayuda que su relación con Tebas sea de franca hostilidad. Ya ha criticado las formas con las que se llevado a cabo la operación, sin contar con los futbolistas y no preguntar a quien se debe, es decir a la Federación.

Rubiales está muy lejos de las posturas de Tebas y la mala relación entre ambos no ayuda a que se construyan puentes de unión para acercarse. Con los futbolistas, en cambio, Javier Tebas sí que encontró el modo de ir convenciéndoles tras ofrecerles un «stage» en Estados Unidos en el que se puedan ver a los jugadores que se han quedado sin equipo. Con la Federación, sin embargo, el acuerdo está más lejos. No es imposible, pero Tebas va a tener que trabajárselo mucho.

Por los visto ayer, Rubiales ha encontrado un aliado en el presidente del Gobierno. Para que el partido se pueda llevar a Estados Unidos se necesita que se pongan de acuerdo la UEFA, la Concacaf, el CSD, el Ministerio de Asuntos Exteriores y las Federaciones de los dos países. El CSD y el Ministerio de Asuntos Exteriores dependen del Gobierno y éste no parece muy por la labor de permitir que un Girona-Barcelona, en plena escalada independentista se juegue en Estados Unidos y sirva como altavoz del nacionalismo catalán.

El encuentro de la temporada pasada entre el Girona y el Barcelona, en Montilivi, ya fue escenario de numerosas banderas y consignas a favor de la independencia y aunque la presencia de aficionados catalanes no sería tan grande (sólo se subvenciona el viaje a los socios del Girona y no todos están dispuestos a viajar), está claro que el independentismo ve en el fútbol uno de sus cauces de expresión con más recorrido y que más publicidad le puede dar. Conseguir hacerse notar en Estados Unidos, con todo el mundo pendiente del primer partido de LaLiga que se juega fuera, es una baza que no va a desaprovechar. Y de ahí la actitud negativa del Gobierno a dar el sí a la operación de Tebas.

A la FIFA la idea de sacar un partido de Liga lejos del país donde se disputa el campeonato tampoco es una idea que le atraiga, al menos por ahora, y sobre todo si no cuenta con el apoyo de todas las instituciones alrededor del fútbol. Aunque es la UEFA quien tiene que dar el visto bueno, la opinión de Infantino pesa bastante.

Javier Tebas ha querido innovar con una idea revolucionaria, que imita a lo que ha probado, por ejemplo, la NBA, un ejemplo de cómo aprovechar el márketing. El plan del presidente de LaLiga es conseguir que la competición nacional tenga la misma audiencia que, por ejemplo, la Premier y eso repercuta en los beneficios de todos los equipos. Pero desde otras Ligas, como la misma Premier o la Bundesliga se han mostrado reacios a hacer lo que ha propuesto LaLiga. Consideran que va contra sus propios aficionados.

Por eso, cuando el martes, LaLiga anunció que presentaba la petición de jugar el partido fuera, aseguraba que lo había hecho tras llegar a un acuerdo con la asociación de Peñas y aprobar una serie de compensaciones. Decía LaLiga que había cumplido todos los requisitos para poder juga el encuentro en Miami. Pero en realidad, faltaba el más imporante, convencer a Rubiales. Y eso está por ver.