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«Pierde el primer saque con doble falta»

La «operación Bisture» contra una red de amaños en el tenis incluye a 28 jugadores. A muchos les cuesta dinero acudir a torneos Challenger e ITF Futures.

La organización criminal que manejaba la red de amaños era de origen armenio
La organización criminal que manejaba la red de amaños era de origen armeniolarazon

La «operación Bisture» contra una red de amaños en el tenis incluye a 28 jugadores. A muchos les cuesta dinero acudir a torneos Challenger e ITF Futures.

Detrás de las grandes citas del circuito hay un submundo de raquetas anónimas que pelean en los torneos Challenger y los ITF Futures. Son torneos que en muchas ocasiones cuestan dinero a los jugadores, viajan solos, sin entrenador, su equipo son ellos solos, comparten alojamientos para ahorrarse el hotel oficial, pagan sus billetes de avión, los cordajes de las raquetas, las pistas de entrenamiento... En un buen torneo el beneficio muchas veces llega a ser no perder dinero. Estos torneos eran el objetivo de una red de amaños desmantelada por la Guardia Civil en la denominada «operación Bisture». Ha habido 83 implicados –15 detenidos y 68 investigados– y entre ellos 28 tenistas profesionales que compiten en los citados torneos. Cinco de los detenidos han ingresado en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional José de la Mata y uno de ellos es el tenista profesional Marc Fornell.

La operación arrancó después de la denuncia que pusieron los responsables de la Tennis Integrity Unit (TIU), organismo anticorrupción responsable de velar por la integridad del tenis mundial. La organización criminal de origen armenio usurpó miles de identidades con las que realizaban las apuestas, vinculandolas a cuentas de apostantes y monederos electrónicos donde revertían las ganancias obtenidas con el fin de enmascarar su identidad y no tributar en Hacienda por las ganancias millonarias. El grupo criminal contactaba con los jugadores y una vez concretado el soborno acudían a los partidos para comprobar que se cumplía con lo pactado. Su «imponente corpulencia» evitaba cualquier arrepentimiento de última hora de los tenistas, según la Guardia Civil. La organización operaba desde al menos febrero de 2017.

Durante la operación se realizaron 11 registros domiciliarios en 9 provincias, en los que se intervinieron 167.000 euros en efectivo, un arma corta, prueba documental de las identidades usurpadas, más de 50 dispositivos electrónicos, ordenadores, piezas de joyería y bolsos, tarjetas de crédito de monederos electrónicos donde acumulaban los ingresos y 5 vehículos de alta gama. También se han bloqueado e intervenido los saldos de 42 cuentas bancarias de los investigados, varios inmuebles y cuentas asociadas a monederos electrónicos donde acumulaban importantes sumas de dinero. A los detenidos se les atribuye responsabilidad penal por los delitos de integración en organización criminal, corrupción entre particulares (en el ámbito deportivo está penada entre 6 meses y cuatro años de prisión), estafa, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas y usurpación de identidad.

Las apuestas no se realizaban sobre partidos, sobre quién iba a ganar. Eran mucho más concretas: «Pierde el primer saque con una doble falta» o «Pierde el primer set con tu servicio». Cuanto más definidas sobre un aspecto determinado del juego, más beneficio para el apostante. Se trataba de apuestas de poco riesgo y que no reportaran un beneficio escandaloso (nunca más de 2.500 euros). Y esa operación se repetía durante varios días hasta alcanzar unos beneficios millonarios.