¿Qué pasa con Navarro?

Barça y jugador siguen sin acuerdo. En 2017 se le renovó por diez años para «ayudarle» a la retirada y que pasara a los despachos.

El Barcelona se queda sin símbolos. En fútbol y en baloncesto. «Espero que el Barça trate a Navarro como se merece. Él tenía ilusión por seguir jugando después de dos años muy complicados y a mí me gustaría que tuviera una salida como la de Andrés Iniesta». La reflexión es de Pau Gasol, el mejor amigo de Juan Carlos Navarro, en el verano en que se certificará la retirada del mejor jugador de la historia del baloncesto español con permiso del propio Pau. La última vez que la «Bomba» se vistió de jugador de baloncesto fue el 8 de julio en el partido entre los Amigos de Pau y los Amigos de Marc. Luego, unas vacaciones en familia en Nueva York y el futuro de Navarro que sigue sin aclararse.

A estas alturas lo habitual en las plantillas de los equipos de la Liga Endesa es estar en plena cuenta atrás para el arranque de la pretemporada. Hasta hace nada la vida de Navarro en agosto estaba ligada a la Selección. Ahora, el escolta no tiene claro su futuro y eso que en 2017 el Barça le renovó por diez temporadas. Era un acuerdo con «trampa». Desde el club se buscaba «ayudarle» para que asumiera su retirada, pero los planes iniciales del escolta no eran esos. Y en esa falta de acuerdo están las partes iniciado el mes de agosto.

Albert Soler y Nacho Rodríguez, los responsables de la sección, tienen claro desde la renovación de Svetislav Pesic que la «Bomba» no tiene hueco en la plantilla azulgrana 2018/19. Queda una ficha por completar. La de un escolta-alero, pero esa no va a ser para el capitán. Será para un estadounidense de complemento. Lo que no se quiere desde el club es acabar mal con el que ha sido el símbolo del Barça en los últimos 20 años. Por eso las negociaciones siguen abiertas.

La idea inicial del jugador, después de caer en las semifinales de la pasada Liga Endesa ante el Baskonia, era continuar un año más en activo. Las últimas temporadas han sido muy duras para el jugador. Los problemas físicos y el flojísimo nivel deportivo del equipo han convertido los últimos años en una pesadilla. El nuevo proyecto tiene un aspecto muy diferente y Navarro quería ser parte activa del mismo. Él siente que puede ser todavía útil 10-15 minutos en pista y que puede ser una pieza básica en el funcionamiento del vestuario, pero en el club no lo ven así. «Me gustaría seguir el próximo año porque no me gusta irme así», fue su primera reflexión después de un año que el Barça salvó gracias al título de Copa ante el Madrid.

A los responsables de la sección les queda por convencer a Navarro del puesto que ocuparía. Podría ejercer como enlace entre el vestuario y la directiva, podría ser una especie de embajador del club en todas las esferas, un referente para los canteranos con un trabajo de despacho por definir... Lo que tiene más claro el club es que el jugador debe ser homenajeado. La intención es realizar un acto en el Palau en el arranque de la temporada inspirado en el adiós a Iniesta o en el homenaje que recibió de la Federación Española después de su despedida de la Selección. ¿El acto? Al lado de su familia, con sus más de 20 títulos y con el Palau lleno, pero de momento no hay nada claro.