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Agonía, dolor...y Undécima

En la tanda de penaltis marcaron todos los lanzadores madridistas, Lucas Vázquez, Marcelo, Bale, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo

Agonía, dolor...y Undécima
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El Real Madrid se ha proclamado campeón de Europa por undécima vez al imponerse al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis (5-3) tras acabar los 90 minutos y la prórroga con empate a uno.► Artículos de Julián Redondo, Jorge D'Alessandro y Núñez Manrique

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Keylor rezaba en una esquina cuando no le tocaba parar a él, Simeone azuzaba a los suyos cuando tiraba el Madrid. Eran los penaltis. Años de rivalidad íntima, dos años después de Lisboa desembocaban en los penaltis. El destino es un guionista que no tiene rival. Se hacía la noche en Milán, se acababa el sábado y no cabía más emoción, más cansancio, más heroicidad. Antes delos penaltis, Bale se tocaba el muslo sin poder correr, Koke se tiró al suelo porque no podía más, Modric estiraba y estiraba, pero no había manera de quitarse el dolor y el cansancio. Cada jugador que caía al suelo, apenas podía levantarse. Cuando se paraba el juego, se tumbaban casi todos para intentar recuperarse, para buscar aire o consuelo. Fue emocionante y trágico, daban ganas de abrazar a todos y darles las gracias por el sudor y por el suspense, por hacer de este juego ese asunto que tiene a personas maduras sentirse tan vulnerables y tan felices. La prórroga alargó el partido y la emoción y la rivalidad de dos equipos que jugaron una final memorable, más por la incertidumbre que por el juego, una final igualada que dominó primero el Madrid, después el Atlético y que acabó siendo para ambos una lucha contra la desesperación y el miedo y los nervios, con las hinchadas asustadas ante tanta incertidumbre. ¿Cómo se puede vivir tanto tiempo sin suelo bajo los pies?

Marcaron todos, con una seguridad inaudita, increíble si se ve desde fuera, iban marcando y quitándose pesos de encima, hasta que en el penúltimo falló Juanfran y después le tocó Cristiano, que ya no podía más de agotamiento, del maratón de partidos y de una temporada sube y baja, extraña, tantas veces atropellada y finalmente, con su pierna derecha y el corazón en la bota, con su ansia y la de toda la afición del Madrid que le veía de frente y ese miedo que le iba creciendo a la del Atlético, que le veía el número, finalmente, tras dos semanas de entrenamientos y de espera hasta que llegase el día de ayer, dos semanas eternas que los entrenadores casi nos supieron llenar y 120 minutos de partido, que fueron un suspiro, de calor, de agobio, finalmente, Ronaldo se liberó, metió el gol y llevó la Undécima al Bernabéu. No hay equipo en el mundo como el Madrid y no lo hay como el Atlético, que ha luchado hasta el último segundo, y por una vez es literal, no una frase hecha, pero que se queda por segunda vez a un paso, esta vez, un paso más cerca, pero inconsolable de nuevo, con las lágrimas de Torres, ese hueco que ni siquiera los días que pasan van a llenar.

Hubo partido antes. Empezó mandando el Madrid, que tenía muy claro su plan. A lomos de un Bale que tuvo 25 minutos fantásticos sin un solo error, el conjunto de Zidane encontró espacios en un Atlético al que le costó mucho situarse en el choque. Quizá sorprendido por la salida del Madrid. Modric mandaba, Bale desordenaba al rival y como el destino es así de irónico, fue Ramos quien marcó. Fue una jugada ensayada en una falta esquinada, que peinó Bale y que el defensa madridista, en probable fuera de juego, convirtió en gol.

El gol cambió todo el paisaje y hasta la personalidad de los equipos. El Madrid de Zidane ha descubierto que se siente cómodo cuando tiene que defenderse. No sólo es que Casemiro haya dado equilibrio, es que el conjunto ha aprendido a defender, a reprimir el vértigo. El Atlético tuvo que reinventarse: tener el balón y buscar el área frente a un equipo muy replegado y generoso en las ayudas. Simeone prescindió de Augusto y sacó al campo a un jugador fundamental: Carrasco. No sólo marcó el gol tras una internada de Juanfran, es que retó a Carvajal primero y a Danilo casi siempre con éxito. Antes, Torres, en su mejor acción, en la única acción que hizo, aprovechó que Pepe no sabe controlarse y le sacó un penalti. Griezmann falló y el Atlético vio pasar a todos sus fantasmas. Luego, mucho después, varias vidas después, lo metió, en la tanda, pero no sirvió. Europa es del Madrid, once veces del Madrid.

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal (Danilo, m.51), Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (Isco, m.72), Modric; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Lucas Vázquez, m.77).

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe (Lucas, m.109); Saúl, Gabi, Augusto (Carrasco, m.46), Koke (Thomas, m.116); Griezmann y Fernando Torres.

Goles: 1-0, m.15: Sergio Ramos. 1-1, m.79: Carrasco.

Penaltis: 1-0: Lucas Vázquez, gol. 1-1: Griezmann, gol. 2-1: Marcelo, gol. 2-2: Gabi, gol. 3-2: Bale, gol. 3-3: Saúl, gol. 4-3: Ramos, gol. 4-3, Juanfran, al poste. 5-3, Cristiano, gol.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglés). Amonestó a Carvajal (11), Keylor Navas (47), Casemiro (79), Ramos (90), Danilo (93) y Pepe (111), por el Real Madrid; y a Fernando Torres (60), Godín (66) y Gabi (90), por el Atlético.

Incidencias: final de la Liga de Campeones disputada en el estadio San Siro, lleno a rebosar, con 81.000 espectadores en las gradas. El Rey Felipe VI y Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, presenciaron el partido desde el palco.