Fútbol

Sevilla-Real Madrid (1-2): Rodrygo aún tiene ganas

El Real Madrid ganó con dos goles del brasileño al Sevilla. Hazard fue suplente y no disputó ni un minuto

SEVILLA, 27/05/2023.- El delantero brasileño del Real Madrid Rodrygo (c) lucha un balón con los jugadores del Sevilla Nemanha Gudelj (d) y Karim Rkik durante el partido de la jornada 37 de LaLiga disputado este sábado en el estadio Sánchez Pizjuán. EFE/Julio Muñoz
Sevilla - Real Madrid: Rodrygo marcó dos golesJulio MuñozAgencia EFE

Hazard empieza a ser un misterio sin resolver en el Real Madrid. No es, ni mucho menos, el futbolista que se fichó porque lo tenía todo para liderar el Real Madrid postcristiano, pero puede que tampoco sea el jugador que no puede ni disputar encuentros que no valen para nada, que son poco más que entrenamientos, como el Sevilla-Real Madrid. Sin Benzema, Vinicius, Asensio ni Mariano, la titularidad de Hazard parecía evidente para todos, pero no lo era de verdad porque Ancelotti, en una decisión extraña, pobló el Sánchez Pizjuán de centrocampistas, puso a Rodrygo de único delantero y dejó, contra todo pronóstico, a Hazard en el banquillo, una vez más. Fueron dos avisos: el brasileño está empezando a ser el pedazo de futbolista que va a ser. Él dio la victoria al Real Madrid.

La suplencia de Hazard también es un aviso: en un encuentro en el que el Madrid se jugase algo, los malabarismos del entrenador italiano para no contar con el delantero belga podrían estar justificados. En un choque como el de ayer, sin emoción ni picante ni nervio, sólo se puede entender como un mensaje directo. El viernes, Ancelotti aseguró que lo que le tenía que decir a Hazard ya se lo dijo personalmente. Esos son palabras, los hechos son mucho más tozudos, llegan con más contundencia a los futbolistas: puedes quedarte un año más, pero no hay hueco para ti.

Sin Hazard (o para no contar con él), Ancelotti dibujó el equipo más extraño de la temporada. No es un entrenador de muchos cambios el italiano, pero quizá quiera ir probando para el año que viene cuando Bellingham se una al grupo de centrocampistas que ya tiene: jugó con Kroos y Tchouameni en la misma línea y delante Ceballos, Modric y Valverde. Le faltó poner a Camavinga para ya tener a todos juntos. Salió en la segunda mitad, cuando Carlo Ancelotti tuvo que retirar a Valverde, tocado.

Le costó al Real Madrid encontrarse, porque Valverde, Modric y Ceballos se ocupaban las posiciones y éste dejaba la banda izquierda enseguida porque él no es extremo. Y Mendy no sabe ocuparla entera. Entre eso y que en defensa, no está siendo el mejor año blanco, el partido empezó fatal para los de Ancelotti. Lucas Vázquez no estuvo fino atrás y tras varios rechaces, el balón llegó a Rafa Mir que fusiló a Courtois.

El Sevilla quería ganar, pero tampoco iba a plantear el típico partido que suele hacer contra el Real Madrid en su campo, cuando no le deja respirar, le presiona, le echa para atrás y aquello es una tormenta. Eso se vivió antes, cuando llovió en la ciudad en una de esas tormentas que estamos viviendo estos días, intensísimas, pero muy cortas.

El choque fue mucho más calmado que el tiempo, como se esperaba. Al Madrid no le afectó el gol y siguió jugando a lo suyo, sin prisa, con el balón y sin apenas profundidad. El peligro lo ponía el único delantero: Rodrygo, que cada vez parece más fijo para la temporada que viene. Ya lo ha sido ésta y si llega un fichaje arriba puede que sea Benzema el que tenga que preocuparse antes por los minutos.

Fue Rodrygo el que empató el encuentro con un tiro de falta que dice más de Bono que del delantero del Real Madrid. Tiró al lado del portero sevillista, pero éste ya había dado un paso hacia el otro palo. Cuando quiso reaccionar, ya era demasiado tarde. Por si alguien dudaba de que el gol era más de Bono, Rodrygo, en la segunda mitad, metió un golazo, suave, tras un par de regates, muy suyo.

Fue con un Madrid ya en 4-3-3, más ordenado y esperando su momento mientras parecía que el Sevilla crecía en el partido y se hacía con él. Tantas veces ha pasado eso. Es, en ese momento cuando te mata el Madrid.

Luego llegaron los cambios y una patada de Acuña a Ceballos, que fue roja y que no tenía ningún sentido con cómo era el partido. A Ceballos le persiguieron bastante esos minutos. Tal como se razona ahora: algo habría hecho.