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Solari se hace sitio

Ha llevado al Real Madrid a las semifinales de la Copa del Rey y suma un 77,2% de victorias desde que llegó al banquillo. Su peso dentro del club ha aumentado.

Solari se hace sitio
Solari se hace sitiolarazon

Ha llevado al Real Madrid a las semifinales de la Copa del Rey y suma un 77,2% de victorias desde que llegó al banquillo. Su peso dentro del club ha aumentado.

Ha cambiado hasta el verbo, la forma de expresarse: Solari llegó al banquillo del Real Madrid como un entrenador ilustrado, interesado por algo más que el fútbol, pero su primera palabra fetiche fue «cojones», tan usada, tan machista, tan poco, en fin, esperada. Sin embargo, el otro día cuando respondió la interesada omisión de Guardiola acerca de quiénes eran los mejores equipos de la década, fue retórico y respondió con elegancia, pero de manera contundente. Éste es un Solari menos agobiado, como si hubieran pasado las tormentas y estuviera al fin disfrutando de su trabajo y del juego del equipo. Hasta Isco, otra de las cuestiones que marcó sus primeros momentos, ha pasado a ser un asunto lateral.

Lo que antes eran críticas y preguntas que el argentino apenas podía responder y que evitaba, ahora son elogios y felicitaciones por la marcha del equipo. Porque en los últimos encuentros Solari ha encontrado la tecla para cambiar la dinámica autodestructiva del Madrid y ponerle mirando al horizonte con una esperanza que parecía agotada esta campaña. «Estamos en un momento muy bueno, todos se entrenan muy bien, todos están metidos con entusiasmo. Es mérito de los jugadores, mérito a nivel individual y a nivel colectivo. Son un grupo muy unido, una familia, ellos mismos lo dicen. Los veo fenomenal», explicaba ayer el entrenador cuando le preguntaban por lo que ha cambiado.

Antes de que empiecen este miércoles las primeras batallas definitivas, Solari ha conseguido algo que no logró Zidane, por ejemplo: meter al equipo en las semifinales de la Copa del Rey, donde el francés sumaba descalabros y frustraciones antes de tiempo. También ha superado con creces a Lopetegui, por ejemplo, que se marchó del Madrid con sólo un 42,8% de victorias. Logró 6 en 14 partidos y se quedó sin capacidad de reacción. Solari lleva ya un 77,2 % de triunfos, una marca mucho más cercana a lo que se pide al campeón de Europa y que le da motivos para pensar que todos los objetivos son perseguibles. Le preguntaron ayer por su responsabilidad en esta transformación. «Repito lo que dije antes, estamos felices de estar en estas alturas con tres competiciones abiertas y con ganas de meter todas las ganas que tenemos, de llegar lo más lejos que podamos. Eso veo en cada entrenamiento y en cada partido. El mérito es de ellos, salen, entrenan, juegan, traen entusiasmo para que los partidos salgan bien». En Liga, Solari suma 25 puntos, los mismos que el Atlético de Simeone y sólo tres por debajo del Barcelona de Valverde en la misma franja temporal (desde después de la jornada del clásico hasta ahora y sin contar el choque de ayer). Es decir, el entrenador argentino ha recuperado la competitividad y el Madrid ocupa ya el puesto que debe.

Sabe el entrenador que su futuro no depende de un papel firmado y sí de lo que ocurra a partir de ahora. Fue un recambio de urgencia, transitorio al principio y definitivo algo después, pero en el club empiezan a convencer sus números y también sus maneras. En el debate eterno del Real Madrid de si hay que tener un técnico duro o uno flexible, Solari ha encajado como un guante en medio de esos dos conceptos. Es flexible en sus maneras y sonríe mucho, pero cuando toma una decisión, cree en ella: Isco fue su punto de partida, su firma, la manera de hacerle ver a todo el mundo que había llegado la hora de cambiar cierta cultura. Marcelo, aunque de distinta manera, fue el segundo paso. Uno de los capitanes y con más de diez años en el club, un jugador más que significativo. La suplencia del brasileño ha supuesto la confirmación del poder y jerarquía de Solari en el vestuario.

Las decisiones contundentes han venido acompañadas de resultados y eso es lo que marca el acierto de los entrenadores. Ha cambiado la dinámica. Ahora toca la hora de la verdad. ¿Tiene vértigo? «Llegamos muy bien, Es un escenario para enfrentarlo con total tranquilidad», respondía ayer.