Tenis

Sara Sorribes pierde ante Maia, pero se vuelve a sentir tenista en el tercer partido más largo de la historia en Roland Garros

La tenista española, que acaba de regresar tras una dura lesión, perdió en octavos de París (6-7 [3/7], 6-3 y 7-5) tras tres horas y 51 minutos de batalla

Spain's Sara Sorribes Tormo eyes the ball as she plays a shot against Brazil's Beatriz Haddad Maia during their fourth round match of the French Open tennis tournament at the Roland Garros stadium in Paris, Monday, June 5, 2023. (AP Photo/Jean-Francois Badias)
Sara Sorribes, durante su partido de octavos contra Haddad MaiaASSOCIATED PRESSAgencia AP

La última derecha de Haddad Maia no volvió y la jugadora brasileña miró a su banquillo y no pudo contener las lágrimas. Era el final de una batalla de casi cuatro horas (3h.51), el tercer partido más largo en la historia de Roland Garros, solo por detrás del Buisson-Van Lottum de 1995, que se fue a cuatro 4h.07; y del Melville-Teeguarden, en 1972, que se cerró en 3h.55. Ganó por 6-7 (3/7), 6-3 y 7-5 y si el duelo se convirtió en un maratón es porque el desenlace de esa última jugada no fue el habitual. Lo normal es que la pelota volviera, y lo hiciera otra vez, y otra y otra. Porque al otro lado estaba Sara Sorribes y con ella cada punto se suda.

Acabó cediendo la española, pero en este torneo (donde todavía está viva en dobles, junto con la checa Bouzkova, y hoy juegan los cuartos ante Melicher-Martínez y Pérez) volvió a sentirse competitiva después de la lucha que ha tenido con las lesiones. Una en el escafoides del pie derecho la tuvo parada desde septiembre de 2022 hasta abril de 2023. Mostró imágenes de entrenamientos todavía con muletas, para no perder el toque, reconoció que en ese tiempo incluso pasó por su cabeza que se le iba a olvidar cómo pegar una derecha, pero después compruebas que no. Estaba instalada entre las 100 mejores y se fue más allá en la clasificación. Con el ranking protegido (es la 132) entró en el Grand Slam sobre tierra y ha llegado por primera vez a los octavos de final, aunque la dura tercera ronda que tenía contra Rybakina no la tuvo que jugar por enfermedad de la kazaja.

Un espectáculo

Haddad Maia lloró porque llegó a sus primeros cuartos en París, muy trabajados. Era muy favorita (es la 12ª del mundo) y al comienzo del partido empezó disparada, hasta que Sara Sorribes construyó una pared. Con el revés empezó a tirar pelotas altas, a combinarlo con coartados, a hacer la dejada en el momento justo. Con la derecha pegaba de forma un poco más directa, sobre todo con la paralela, donde encontró un montón de puntos. Siempre con fe, sacando el puño, mirando a su banquillo, donde estaba su entrenadora, Silvia Soler, y su fisio, Blanca Bernal, básicas durante todo el proceso de recuperación. El primer set lo tenía 5-2 abajo. Sacó dos veces la brasileña para llevarse el parcial, y nada. Con 5-5 logró otra rotura y sirvió por tercera vez para adelantarse, y de nuevo falló. Sara Sorribes no estaba por rendirse y también Haddad Maia demostró una fortaleza mental enorme. Porque la española dominó el tie break después de la remontada y se puso 3-0 en el segundo parcial, con opciones del 4-0. Cierto que el saque no es tan decisivo en el circuito femenino como en el masculino, pero la ventaja empezaba a ser importante cuando a la jugadora suramericana le empezaron a entrar los ganadores, con riesgo porque el primer tiro definitivo regresaba y tenía que insistir.

Era una paliza física y psíquica, pero ninguna cedió por ahí. Eran los tiros de Haddad Maia contra las pelotas altas y la inteligencia y la garra de Sara Sorribes. Con 5-4 se vio otra vez la brasileña a las puertas de la gloria y por cuarta vez en el partido falló cuando estaba con su saque. Eso es suficiente para acabar con muchas, para que se derritan del todo, pero ella también resistió y la siguiente oportunidad no la perdonó. El abrazo y el intercambio de palabras fue largo, como el aplauso que le dedicó a las dos tenistas el público de la Suzanne Lenglen.

«Me lo he pasado muy bien», dijo Sorribes, un volcán en la pista y siempre serena fuera, como en su gran semana en Madrid en 2022, antes de la lesión, cuando llegó a cuartos y le preguntaron si se sentía poco valorada y respondió: «Estoy feliz con lo que tengo. Yo necesito poco».