Evenepoel conquista su tercera Clásica de San Sebastián

Remco Evenepoel tiene sólo 23 años y ya ha ganado tres veces la Clásica de San Sebastián. Pero esta vez no pudo hacerlo como a él le gusta, con escapadas infinitas que nadie es capaz de seguir. Eso era lo que buscaba cuando arrancó en el puerto de Erlaitz. poco más de 70 kilómetros de meta.

Al belga le molestan las multitudes, prefiere viajar en solitario, a su ritmo, como si no aguantara el andar cansino del pelotón. Pero esta vez había varios corredores atentos, conscientes de que dejar marchar a Remco era despedirse de cualquier posibilidad de triunfo.

Pello Bilbao, animado después de su gran Tour, Vlasov y Alberto Bettiol se marcharon detrás de él, conscientes de que era el hombre a seguir.

Bettiol, un ganador del Tour de Flandes, fue el primero en caer. Las subidas y bajadas de la clásica eran demasiado para él. Y en la subida a Murgil, la última de la carrera a 8 kilómetros de la llegada, Vlasov ya no aguantó.

La Clásica era una cosa entre Pello Bilbao y Evenepoel, aunque estaban más frescas las piernas de Remco. A Pello le costó aguantar el ritmo del belga en esa última subida. Se agarró a su rueda por fe y por ganas. Y por la confianza en que, quizá, una llegada al esprint le favorecía.

Pero no se conformó el corredor español con aguantar y aprovecharse del esfuerzo del campeón del mundo. Y cuando más apretaba el belga, Pello se atrevía a darle un relevo. Quería ganar de verdad, sin reproches, sin que nadie lo pudiera acusar de aprovecharse del rival.

Esa generosidad le llevó a afrontar el esprint delante de Evenepoel. Giraba la cabeza Pello para medir las distancias. Respondió cuando arrancó Evenepoel, pero el belga estaba más fuerte y ha mejorado en una de las disciplinas que más le costaban. Teóricamente era más rápido Pello, pero realmente era más fuerte Remco. Y Evenepoel entró en meta luciendo el arcoíris y levantando el brazo izquierdo para celebrar su triunfo, el tercero en San Sebastián.