Ciclismo
La Vuelta a España se corre al ritmo de Bon Jovi
Kaden Groves, admirador del grupo estadounidense de rock, se impone en el primer esprint de la carrera en Tarragona
Remco Evenepoel sólo conserva una tirita en el parietal derecho como recuerdo de la caída que sufrió en Andorra. Un accidente sin más importancia que la anécdota de ver al líder por los suelos y ensangrentado. Nada que ponga en peligro su pelea por ganar su segunda Vuelta. Y menos en una etapa como la que acababa en Tarragona. Territorio para especialistas, para corredores de otro tipo, de esos que aman la velocidad y las victorias parciales.
Ciclistas como Kaden Groves, un australiano de 24 años que parece haber encontrado en Cataluña su terreno ideal. Ya estuvo cerca de la victoria en Barcelona, en la segunda etapa que vio prácticamente neutralizado el final por las protestas de los favoritos. Aquel día se le escapó Andrea Kon, la montaña de Montjuïc no era el terreno más apropiado para que pudiera preparar su esprint y sólo pudo ser segundo.
Pero Cataluña es su lugar y de la misma manera que consiguió ya esta temporada ganar dos etapas en la Volta logró imponerse en el primer esprint de la Vuelta en Tarragona. Una rareza, porque no son muchas las etapas que puedan aprovechar los velocistas.
Groves ya logró el año pasado su primera victoria en una grande en la etapa que terminaba en el Cabo de Gata. Y la segunda, en el Giro. Un triunfo más complicado porque tuvo que hacerlo con la bici prestada por un compañero después de haberse caído a 7 kilómetros para el final. Aquel día se cayó dos veces Evenepoel, pero esta vez los riesgos tampoco eran para él. Los que se fueron al suelo fueron otros, como Wilco Keldermann, el compañero de Roglic y de Vingegaard en el Jumbo.
Era una jornada para la relajación de los favoritos, para los que la principal dificultad era adaptarse de nuevo al calor después de que alguno sufriera temperaturas bajo cero en los alrededores de su hotel en Andorra.
A Groves eso no le preocupaba. Él ha nacido para la velocidad y ha ganado etapas en todas las grandes que ha corrido. Nunca ha participado en el Tour y es la que le falta para completar su palmarés. «Estoy muy orgulloso de mi rendimiento y también del rendimiento del equipo. Corremos como uno y eso nos hace tener buenos resultados», confiesa el ganador.
Aunque su primer ídolo no fuera un ciclista sino Chad Reed, un campeón australiano de motocross y dos veces campeón del mundo de supercross. Pero Groves no elige los motores para relajarse después de la competición. Le da más paz un partido de golf con los amigos, reconoce en la página en del equipo este ciclista que creció escuchando a Bon Jovi.
Groves se impuso en la llegada al colombiano Molano. No era un rival cualquiera, es el ganador de la llegada en Madrid de la Vuelta del año pasado. Arrancó pronto, pero Groves esperó su momento para superarlo en el momento justo.
El australiano no fue el único ganador de la etapa. Eduardo Sépúlveda, un veterano de 32 años que corrió durante tres años en Movistar, se convirtió en el primer argentino que viste el maillot de líder en una clasificación cualquiera de una grande. Al llegar a meta le impusieron el maillot de lunares que distingue al mejor escalador de la carrera.
El argentino había buscado la victoria en la etapa de Andorra, pero un pinchazo y el hambre de los favoritos por marcar territorio desde la primera oportunidad hizo que tuviera que desistir. El premio le esperó 24 horas y ahora espera que le dure mucho tiempo. No quiere que el maillot de lunares sea una estrella fugaz sobre sus hombros.
Evenepoel, tranquilo
«Con mis heridas, me siento bien, no tengo ninguna sensación extraña en mi cuerpo. En la cabeza el doctor del equipo hizo un trabajo bueno ayer en el hotel por la tarde así que todo va bien», advierte Remco Evenepoel. El belga, por el momento, no se plantea soltar la Roja para liberar de responsabilidad a su equipo, algo que parecía imposible en un terreno sencillo como el que tuvieron que afrontar los ciclistas camino de Tarragona. «Seguramente hoy será la misma historia, pero tenemos que pensar en que no podemos entregarlo a un corredor que sea de los favoritos para ganar la Vuelta, tenemos que ir viendo día a día», dice.
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