Ministerio de Fomento
Fomento cambia de nombre y de estrategia: menos hormigón y más conservación
Su nueva nomenclatura, Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, condensa su reorientación, ya adelantada por Ábalos, de la construcción al mantenimiento y la movilidad
Menos hormigón y más mantenimiento y movilidad. El cambio de nombre del Ministerio de Fomento por el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana no es un mero cambio estético. Lo es también de contenido, de fisolofía. Ya lo avanzó hace unos meses el ministro, José Luis Ábalos, que avanzó que había llegado la hora de preocuparse menos por la construcción de nuevas infraestructuras y más por su conservación y por la movilidad. El ministro adelantó en octubre la necesidad de alcanzar un pacto de Estado en materia de infraestructuras y movilidad con el fin de reenfocar la política en la materia más hacia la movilidad que hacia la construcción de nuevas dotaciones. Según indicó entonces, el pacto debería además desembocar en una Ley de Movilidad que, de forma transversal, aglutine todos los aspectos en la materia, desde medidas para atender a las demandas de la sociedad, hasta la fiscalidad y la colaboración entre las administraciones. De hecho, en dicha intervención reveló que su Departamento ya trabajaba con otros ministerios en el diseño de lo que denominó una “Estrategia de Movilidad Segura y Conectada” que, según aseguró, permitiría no sólo facilitar la movilidad, “sino aumentar la productividad, mejorar la cohesión y el equilibrio territorial y contribuir a la lucha contra el cambio climático”. “Se trata no sólo de invertir en construir nuevas infraestructuras, sino en dar soluciones eficientes de movilidad, basadas en datos y tecnología y no en hormigón, tanto a las empresas para su logística, como a los ciudadanos”, sintetizó entonces el ministro.
Junto a la movilidad, la vivienda pretende ser el otro gran eje de actuación del futuro ministerio. Para ambos, el departamento prepara leyes específicas, según adelantan fuentes del ministerio consultadas por Ep. En el caso de la vivienda, para “blindar el derecho constitucional del acceso" a la misma, con medidas como la limitación de los precios del alquiler; y en el de la movilidad, para plasmar en una normativa el diseño de un país y unas ciudades con “una movilidad conectada, segura y sostenible, tanto de viajeros como de mercancías”. Los socialistas han advertido en varias ocasiones que actuaciones como Madrid Central deberían generalizarse en otras grandes ciudades. La potenciación del uso del tren también figura entre sus prioridades.
Pero junto a sus anhelos de convertirse en un ministerio más enfocado a la movilidad y al transporte, el hormigón seguirá pesando mucho en el día a día del ministerio. No sólo porque seguirá siendo el ministerio más inversor y deberá continuar completando infraestructuras clave como la red de alta velocidad (incluida su posible llegada a la T-4 de Barajas), sino por la herencia que han dejado otras ya construidas y planes a medio hacer. Ábalos deberá cerrar de una vez por todas el litigio por la reversión al Estado de las autopistas radiales quebradas y determinar qué cantidad deberá pagarlas como indemnización. Además, deberá dar forma definitiva al plan extraordinario de carreteras que heredó del PP y que paralizó para una profunda revisión. También está pendiente el plan para construir 20.000 viviendas para alquiler barato que Ábalos anunció al poco de llegar al ministerio.
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