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Tribunales

Adiós a Antonio Hernández-Gil, el jurista que veía la abogacía como la bisagra del Estado

El exdecano del ICAM y secretario del consejo de El Corte Inglés fallece a los 66 años. Compaginó la docencia y el ejercicio profesional con la asesoría orgánica en grandes empresas

Antonio Hernandez-Gil, ex decano del ICAm, fallecido la madrugada del miércoles Cristina BejaranoLa Razón

Siempre tuvo muy clara la importancia y la trascendencia social de su profesión. Entendía el Derecho, la ciencia jurídica y la abogacía como la bisagra sobre la que giran todas las instituciones del Estado, a las que defendió inmisericorde durante toda su brillante vida Antonio Hernández-Gil, cuya luz se apagó en Madrid la madrugada del miércoles a los 66 años.

Nacido en Burgos, el exdecano del Colegio de Abogados de Madrid (Icam) y secretario del consejo de administración de El Corte Inglés cursó sus estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, con Premio Nacional Fin de Carrera. Fue el primero de los innumerables reconocimientos acumulados durante toda su trayectoria. El segundo, en 1976, cuando fue Premio Extraordinario del Doctorado por su tesis sobre «La función de la analogía en el razonamiento jurídico». El último, en 2017, tras obtener el XXIII Premio Pelayo para juristas de reconocido prestigio. Pero fue el penúltimo, en 2011, del que se sintió más orgulloso tras su designación como Doctor Honoris Causa por la Universidad Pontificia de Comillas y miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, lo que él consideró un reconocimiento a toda su carrera y a su plena dedicación a la abogacía, la primera de sus pasiones.

La segunda fue la docencia, un camino que siempre defendió como una garantía de libertad y que inició al poco de finalizar sus estudios –aunque siempre defendió que los abogados tienen que seguir estudiando durante toda su vida–. En 1975 empezó a dar clase en la Universidad Complutense, pero en 1978 obtuvo una plaza de profesor adjunto de Derecho Civil en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Años más tarde, entre 1983 y 1986, obtuvo las cátedras de Derecho Civil en la Universidad de Santiago y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), respectivamente

Pero el desempeño de la abogacía fue siempre una prioridad y desde 1974 estaba incorporado al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), dedicándose a las lides legales en derecho civil y mercantil, especialmente en procedimientos judiciales y arbitrajes, tanto nacionales como internacionales con el bufete que lleva su nombre. Desde principios de los años 80 y hasta 2005 formó parte de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, de la que fue decano durante cinco años, hasta 2012. También fue vicepresidente primero del Consejo General de la Abogacía Española y Colegiado de Honor del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México. Asimismo, compaginó la docencia y el ejercicio de la abogacía con su participación en los órganos de administración de grandes corporaciones, como Repsol o Barclays Bank –la última, El Corte Inglés–, en las que fue artífice en el establecimiento de pautas de gobierno corporativo.

Innumerables seminarios, conferencias, publicaciones, y artículos jalonaron su carrera y le convirtieron en referente. Todavía resuena en los oídos de los que le escucharon en una de sus últimas intervenciones aquella sentencia tan sagaz como verdadera que retrata toda su carrera: «El Derecho no es un universo cerrado. Ni debería estar escrito en un lenguaje abstracto ni apartarse lo más mínimo de los valores morales».

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