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El FMI y el BCE advierten: “La Gran Recesión es inevitable”

Poul Thomsen pide a Europa utilizar todos los “colchones financieros disponibles” y De Guindos, demanda ayudas directas a las empresas “para salvar el tejido empresarial”

Sede del Fondo Monetario Internacional, en Washington
Sede del Fondo Monetario Internacional, en Washingtonlarazon

Ya nadie duda de que el coronavirus ha provocado el mayor parón de la economía global en décadas. Algunos expertos incluso aseguran que no había ocurrido algo semejante desde la II Guerra Mundial. Ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) lo reconocen ya abiertamente y han advertido a todos los gobiernos que deben tomar medidas extraordinarias para intentar minimizar los efectos negativos tanto corto como a medio y largo plazo, y que esta situación no se prolongue en el tiempo más allá de lo que dure la alarma sanitaria por el coronavirus.

El director del Departamento para Europa del FMI, Poul Thomsen, ha querido poner sobre aviso a las economías europeas en un artículo colgado en su blog de la página web de la institución internacional, en el que da por hecho que “es inevitable una profunda Gran Recesión en Europa” este año por culpa del coronavirus. En concreto, asegura que cada mes de confinamiento de la población y de paralización de la actividades empresariales y comerciales se restarán tres puntos al Producto Interior Bruto (PIB) anual de la eurozona. “En las principales economías de Europa, los servicios no esenciales cerrados por decreto representan cerca un tercio de la producción. Esto quiere decir que cada mes que estos sectores siguen cerrados se traduce en una caída del 3% en el PIB anual”. Y la peor parte se la llevarán Italia y España, tercera y cuarta economías de la zona euro, paralizadas por la pandemia, aunque el resto grandes economías no se librarán de este cataclismo económico. Alemania, Francia, Bélgica y Países Bajos ya han aplicado restricciones a sus economías y a su población, por lo que seguirán similar camino que el iniciado por españoles e italianos.

Thomsen cree en la fortaleza de los modelos sociales, sanitarios y de bienestar europeos “sostendrán a las empresas y ayudarán a los hogares”, pero advierte de que pueden poner al límite los limitados recursos gubernamentales porque "no han sido diseñados para hacer frente a una demanda de tal magnitud”. Por eso, pide a lo gobierno que actúen con “contundencia antes esta crisis pero, además de con valentía, que lo hagan con proporcionalidad. Si en algún momento se había pensado utilizar los colchones financieros y las llaves fiscales disponible, debe ser ahora”.

Por su parte, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha seguido los mismos pasos de Thomsen y también prevé una “inevitable y profundísima recesión” en la economía europea, aunque cree que su incidencia va a depender de la duración de la hibernación de la economía y de las medidas de confinamiento de la población. A diferencia del FMI, Guindos cree que serán dos puntos porcentuales al mes lo que se perderán por esta crisis, apelando a los cálculos presentados por la OCDE. En declaraciones hechas a la Cadena Cope, el vicepresidente del BCE estima que “las medidas de Gobierno tienen una razón sanitaria lógica, pero van a tener un enorme coste económico”. Pide que se formulen ayudas directas a las empresas que van a dejar de facturar porque “lo que hay que hacer es intentar mantener el máximo de tejido empresarial vivo para que pasados unos meses rebote la actividad económica. Si conseguimos que durante el cruce de este desierto no se destruya mucho tejido empresarial, estoy convencido de que cuando vuelva la recuperación las empresas volverán a contratar y será más una recuperación en V que en U”, apuntó.