El Corte Inglés
El Corte Inglés se prepara para un mal año
La compañía recorta a la mitad su dividendo con cargo al ejercicio 2019. Fitch y Moody's calculan que perderá alrededor de un tercio de su facturación
El Corte Inglés tiene por delante unos meses complicados. La cadena de distribución, como todo el sector, se enfrenta a la caída del consumo que ha propiciado la crisis del coronavirus y que todo apunta se prolongará lo que queda de 2020 y probablemente, si no todo, buena parte del año 2021. La junta de accionistas de la cadena aprobó ayer por unanimidad recortar el dividendo a la mitad que el ejercicio anterior. Aunque en su último año fiscal (entre marzo de 2019 y febrero de este año) el grupo logró un beneficio de 310 millones de euros, el mejor de los últimos diez ejercicios, la retribución con cargo a las ganancias de 2019 se reducirá a la mitad, 37,5 millones de euros, ante el complejo panorama que se avecina. La propia presidenta de la compañía, Marta Álvarez, reconoció las dificultades a que se ha enfrentado en los últimos meses con el cierre durante varias semanas de todas sus tiendas, excepto las de alimentación. Y aunque Álvarez aseguró durante su intervención ante los accionistas que El Corte Inglés ya está «superando» el reto que constituye la «nueva realidad», lo cierto es que los analistas consideran que lo que tiene por delante la compañía tiene muchas curvas.
Caída de facturación
Recientemente, en sendos informes, las agencias de calificación de riesgos Fitch y Moody’s confirmaron el «rating» de la compañía que habían puesto en revisión al comienzo de la crisis. Sin embargo, ambas lo pusieron en perspectiva negativa. Moody’s asegura que existe «una gran incertidumbre sobre la recuperación de los beneficios y las ventas de la compañía y su capacidad para reducir su apalancamiento en el periodo comprendido entre los próximos doce y dieciocho meses, que dependen de una fuerte y estable recuperación de la demanda de los consumidores españoles y una continua reducción de los contagios por coronavirus en España». El Corte Inglés, como recuerda Moody’s, está muy concentrado en su mercado doméstico, en el que factura alrededor del 95% de sus ventas. Fitch también mantiene sus reservas sobre la recuperación del consumo en España en los próximos tres años, circunstancia que, advierte, podría incidir en el desapalancamiento de El Corte Inglés. La deuda del grupo se situaba a 29 de febrero de 2020 en 2.729 millones de euros, si bien se había reducido en 638 millones respecto al ejercicio precedente.
Según los análisis de ambas agencias, la caída del consumo en España va a conducir al grupo a perder buena parte de su facturación en los próximos meses. Moody’s calcula que sus ventas caerán unos 4.400 millones de euros este año respecto a los 15.260 millones de euros que facturó en su último ejercicio fiscal. Un retroceso que refleja el efecto del cierre de gran parte de sus establecimientos provocado por el confinamiento y el esperado deterioro de las condiciones macroeconómicas en España, con una pérdida de facturación importante de Viajes El Corte Inglés, según asegura la agencia.
Consumo a la baja
Fitch calcula que la facturación del grupo retrocederá sobre un 27% por el impacto que el coronavirus está teniendo en sus negocios de no alimentación y de viajes, caídas que el negocio alimentario sólo ha sido capaz de compensar de forma parcial. La agencia espera que las ventas de la compañía reboten un ejercicio después, aunque calcula que se mantendrán un 10% por debajo de las que registró en 2019. Además, para este año, Fitch espera que su margen bruto sea «muy débil» y que el ejercicio siguiente se recupere hasta el 6%.
Antes de tomar la decisión de recortar su dividendo a la mitad, El Corte Inglés ya había tenido que recurrir a diversos instrumentos para proveerse de la liquidez necesaria para superar los próximos meses. El pasado 1 de junio, la compañía firmó un contrato de financiación por un importe máximo de 959,9 millones de euros que cuenta con el aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Una operación que le permitió trasladar a este nuevo convenio parte de la anterior línea de crédito que firmó el 1 de abril por un total de 1.341 millones de euros. Entonces, el grupo suscribió un contrato de financiación con vencimiento a un año y articulado mediante una línea de crédito revolving.
Para hacer frente al desafío que está suponiendo el coronavirus, además de nutrirse de liquidez para hacer frente al tirón, El Corte Inglés va a apostar por el desarrollo de nuevos proyectos que aporten valor al grupo, mejoren la diversificación y permitan impulsar el crecimiento como la constitución de una unidad de «real estate» -inmobiliario-, el relanzamiento de Viajes El Corte Inglés o ampliar los servicios de su financiera, según aseguró ayer Álvarez ante los accionistas. La unidad de negocio de «real state» tendrían por finalidad «ordenar y dar valor a los activos inmobiliarios, y la se constituirá junto a nuevos proyectos en logística», según aseguró su presidenta a los accionistas.
Álvarez destacó la solidez de la compañía en un momento tan difícil y complejo y se refirió a los pilares que, según aseguró, garantizan el futuro de la empresa: la apuesta por los productos y servicios de calidad, la experiencia de compra, la digitalización y el desarrollo de nuevos proyectos. En este sentido, hizo hincapié en la firme apuesta por el comercio electrónico. Asimismo, aludió al impulso que la omnicanalidad está teniendo en El Corte Inglés, así como al «gran salto en digitalización que afecta ya a numerosas áreas de la organización», y adelantó que el próximo otoño la compañía lanzará una nueva aplicación.
Venta online
Aunque Álvarez aseguró que han logrado multiplicar por cinco las ventas online y por seis los envíos a domicilio desde que empezó la crisis del coronavirus, Moody’s advirtió en su informe de que la compañía se enfrenta a «los riesgos y desafíos que plantea el incremento de las ventas online y la competencia de especialistas puros» como pueden ser Amazon o Alibaba. A pesar de ello, tanto Fitch como Moody’s valoran el hecho de que la compañía haya sido capaz de adaptarse a los cambios de hábito de los consumidores de los últimos meses y mejorar su desempeño en el canal online.
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