Crisis económica
Apoyo empresarial a Sánchez con complejo de «palmeros» y sin fiarse de Podemos
Banqueros y grandes empresarios procuran llevarse bien con el Gobierno y defienden que se aprueben los Presupuestos
José María Aguirre Gonzalo (San Sebastián, 1897-Madrid, 1988) fue presidente de Banesto entre 1970 y 1983, cuando la entidad era el mayor y más importante banco del país. Ejerció, de alguna manera, de líder de la banca durante la Transición y no dudó en presentar a Felipe González a sus colegas, reunidos en lo que se conocía, rodeado de cierto misterio, como el «Club de los siete grandes», que eran almuerzos periódicos de los presidentes de los siete mayores bancos españoles: Banesto, Central, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular.
Aguirre Gonzalo, entonces octogenario, definía con precisión las relaciones banca-poder. «El banquero –decía– tiende a ser gubernamental; es inevitable. No puede ser de otra forma». Cuarenta años después, sus sucesores, en la banca y también en las grandes empresas, quizá no sean tan sinceros en público, pero opinan lo mismo. Lo admiten bastantes de los que acudieron ayer a la Casa de América, para arropar con su presencia al presidente del Gobierno, en una especie de principio de curso, también atípico, como todo en tiempos de Covid-19. Algunos fueron convocados a toque de rebato. Hubo invitaciones que llegaron a sus destinatarios el viernes pasadas las diez de la noche, con la petición de confirmar la asistencia antes del mediodía del sábado 29 de agosto.
Pedro Sánchez y su equipo logaron su objetivo. Los grandes del Ibex cerraron filas y acudieron a la llamada presidencial, que llevaba implícita un cierto respaldo general al inquilino de La Moncloa, aunque también alguno confesó en privado haber tenido una sensación de «palmero» gubernamental. Banqueros, eléctricos y constructores entre otros dudan de Sánchez y su Gobierno –y lo admiten– pero al mismo tiempo quieren mantener relaciones muy cordiales. Ana Botín, Antonio Brufau, Carlos Torres, Isidro Fainé, Pablo Isla, Florentino Pérez, José María Álvarez-Pallete, Ignacio Galán, José Bogas, José Ignacio Gorigolzarri, Marta Álvarez, Gonzalo Sánchez, José Manuel Entrecanales o Gonzalo Sánchez (presidente de PwC, única gran consultora que asistió) son solo algunos de una larga lista de los que escucharon al presidente pedir unidad y lanzar un mensaje al PP para que apoye los Presupuestos y acusarlo de desleal a España si no lo hace.
Quejas por falta de contenido
Banqueros y empresarios quieren Presupuestos tanto o más que el Gobierno, lo que no significa que se fien del equipo de Sánchez, mientras se quejan de la presencia de Podemos en el Consejo de Ministros. Botín, presidenta del Santander, entidad que se comió a otros cuatro de los «siete grandes» de la época de Aguirre Gonzalo, dijo ayer a La Sexta: «Ha estado muy bien –el discurso de Sánchez– y creo que es fundamental que trabajemos juntos. Hay un reto pero también una oportunidad de reconstruir la economía». La banquera, más o menos por azar, hizo de portavoz de sus colegas. Nadie hubiera dicho nada muy diferente, aunque en privado había quejas de falta de contenido real en la intervención de un Sánchez al que, varios, vieron muy preocupado, pero sobre todo por el virus. No hubo entusiasmo por acudir a la llamada presidencial, pero al mismo tiempo nadie quería quedar al margen de la invitación –hubo quien hizo gestiones discretas para estar en la lista de elegidos– porque, parece inevitable, los banqueros y los grandes empresarios siempre son gubernamentales.
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