Opinión

Presupuesto para perpetuarse en el poder

Los Presupuestos son irreales, pero sobre todo y más allá de los números, son una coartada para que el Gobierno negocie con sus socios una serie de asuntos que pueden avanzar en un cambio de régimen

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al vicepresidente segundo, Pablo IglesiasDAVID CASTROLa Razón

Pedro Sánchez ya ha conseguido el gran objetivo que se le escapaba desde que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa. Los Presupuestos Generales del Estado tienen luz verde y lo único que queda es la definitiva tramitación formal, eso sí, quizá más larga de lo que desearía el inquilino de la Moncloa. Pablo Iglesias y los «indepes» de ERC, con Gabriel Rufián, han conseguido arrancarle casi todo lo que querían al líder socialista que, además, ha aceptado el apoyo, para muchos tan inimaginable como inaceptable, de Bildu y Arnaldo Otegi, con el agravante de que no era necesario, una vez que quedó amarrado el del PNV de Urkullu y Esteban, después de que se apuntaran el tanto de impedir la subida impositiva al diésel.

Inés Arrimadas, que en un principio puso los diez escaños de Ciudadanos para que se tramitaran los Presupuestos, se ha visto obligada a darle el «no» a Sánchez en el último momento, sobre todo después de que se conociera la exigencia de los de Oriol Junqueras de cercenar la autonomía fiscal madrileña, que la presidenta Díaz Ayuso promete defender, aunque no lo tendrá fácil. «La envidia es la mecha que prende el fuego a la sedición y la anarquía», dejó escrito Demócrito, y hay mucha envidia –además de oportunismo y cálculo preelectoral– en los planteamientos de la tropa de ERC.

Inés Arrimadas también ha hecho sus cálculos a la espera de sacar rédito a su posición de mano tendida, hasta que Sánchez eligió, sin matices, a «indepes» y nacionalistas de todo pelaje y condición. La sucesora de Albert Rivera confía en su estrategia, que choca con las tesis de Iglesias, incluidas en su libro «Disputar la democracia», en donde defendía que lo importante en política no se mide tanto por los principios o los discursos, sino por «los resultados». El vicepresidente, desde que ocupa una silla en el Consejo de Ministros, imparte todo un curso de cómo acceder, ejercer y mantenerse en el poder.

Los Presupuestos, que no son ni tan siquiera los que hubieran deseado las ministras Calviño y Montero –a pesar de sus diferencias–, son el mejor ejemplo. Los Presupuestos para 2021 son irreales, como afirman la mayoría de expertos, incluidos algunos socialistas. Nadie pone reparos a los gastos en tiempos de crisis con la pandemia todavía ahí y todos pendientes de la efectividad de las vacunas que se anuncian, pero las previsiones de ingresos son ensoñaciones, como las esperanzas de crecimiento de la economía para el próximo año, que la Airef que preside Cristina Herrero acaba de rebajar a la tercera parte.

Los Presupuestos, como ha escrito el economista Fernando Fernández, abren las puertas a una especie de «reconfiguración política» muy profunda, que persigue sostener e incluso perpetuar a esa mayoría de la investidura que tanto le gusta a Iglesias, que sale victorioso de este episodio. Hay muchos asuntos que no figuran en los Presupuestos, como la prohibición de los desahucios, pero se acometerán por otras vías, como la llamada «armonización» fiscal, que no es más que un eufemismo para justificar cómo se suben, sobre todo, los impuestos a los madrileños, culpables –claro– de no tener un Gobierno de izquierda radical.

El cambio de régimen que persigue Iglesias y que aplauden Junqueras, Rufián y Otegi, que tienen sus propios objetivos, no llegará con grandes declaraciones, sino que se intenta edificar sobre más o menos pequeños asuntos que horadan las instituciones y, a medio plazo, también repercutirán en el bienestar general. Los Presupuestos son, en este caso, la coartada que enmascara otros pactos y acuerdos, que harán cada vez más difícil un cambio de Gobierno. Las cuentas no cuadran, pero eso no preocupa en la Moncloa, aunque en Bruselas despierten ya algún recelo, hasta el punto de que el vicepresidente europeo Valdis Dombrovsky haya advertido: «Nos preocupa a medio plazo la sostenibilidad de la deuda española».

Tampoco suenan bien las limitaciones a la inversión extranjera, que durante un tiempo necesitará la autorización discrecional de un Gobierno que, además, aspira a repartir los 140.000 millones de euros del «maná» europeo a su antojo, sin grandes controles y, además, con Iglesias en medio de la pomada. Hay Presupuestos, pero más que para cambiar y recuperar un país son para perpetuarse en el poder.

La «humanocracia» o una teoría para crear empresas asombrosas

El diario «The Financial Times», la Biblia de la información económica, ha elegido sus libros del año 2020 y, además, ha pedido a una serie de notables que digan cuál es el suyo. Ana Botín, presidenta del Santander, es la única representante española y su libro elegido es, en traducción libre del original inglés: «Humanocracia: cómo crear organizaciones tan fascinantes como la gente que trabaja en ellas», una teoría desarrollada por los autores de la obra, Gary Hamel y Michele Zanini.

En una fusión también hasta el final todo el rabo es toro y más con el factor humano

BBVA, presidido por Carlos Torres, y Banco Sabadell, encabezado por Josep Oliú, habían anunciado planes de matrimonio, más impulsados por la presión de sus entornos y por el ambiente creado a su alrededor que por sus verdaderos deseos. La fusión, como todas, dependía de la voluntad y de los intereses de sus principales responsables y cómo quedaran después de que se culminara. Parece claro que Torres no estaba dispuesto a ceder mucho poder y que Oliú no quería ser un simple adorno. Todo ello, unido al problema con las valoraciones y con el precio del canje de acciones han llevado a que el proyecto de fusión haya fracasado casi antes de empezar. Era una posibilidad cierta como ya se apuntó en esta misma página la semana pasada y sí, ha habido, «coitus interruptus».