Opinión

Ayudas directas, un respiro urgente

Hasta el viernes, España era el único país de la UE que no había dado ayudas directas a las pymes y los autónomos

Lorenzo Amor

Se cumple un año de la declaración de estado de alarma, un año desde que, de golpe, frenamos con nuestro día a día y la vida que conocíamos. Y aunque al principio teníamos la esperanza de que fuera cuestión de meses, la realidad nos ha mostrado que esta pandemia dura ya un año. Sin duda ha sido un año durísimo. Un año con miles de muertes, de historias de sacrificio, de vidas rotas, pero también lleno de solidaridad y de historias de superación. Durante estos 12 meses, los 3,2 millones de autónomos –partiendo del hecho de que esta crisis no venía con un manual de instrucciones– hemos aprendido mucho, hemos cometido errores, pero si hay algo que nos reconforta es que desde ATA hemos ayudado a más de 120.000 autónomos. Aunque a lo largo de estos meses hemos impulsado y negociado acuerdos que han dado protección a los autónomos, como el cese de actividad –al que han accedido la mitad de los autónomos–, los ICO, concedidos a 900.000 autónomos, los más de 400.000 que han utilizado la figura jurídica del ERTE o los aplazamientos y moratorias… está claro que, aunque han jugado un papel muy importante, eran insuficientes para afrontar doce meses de restricciones y caídas de actividad.

Hasta el viernes, España era el único país de la Unión Europea que no había dado ayudas directas a autónomos y pymes, y que no les había compensado o indemnizado por los cierres que la Administración ha decretado para el control de la pandemia. A pesar de que el Gobierno ha tardado justo un año en reconocer que las ayudas directas son la única tabla de salvación para miles de empresas, esperamos que el plan aprobado en Consejo de Ministros permita resistir a un amplio número de autónomos y pequeñas empresas, que se encuentran en una situación crítica. El tiempo dirá si han sido o no suficientes, pero si hay algo indudable es que para muchos será un balón de oxígeno vital. El reparto tiene que ser ágil y rápido, no pueden esperar más. El impacto sobre este colectivo ha sido mayúsculo. Hay que hacerlo YA, y que lleguen hoy mejor que mañana, así como otras medidas como la ampliación de los plazos para devolver los créditos ICO y la extensión del periodo de vigencia de los ERTE hasta el 31 de diciembre. Estas propuestas, junto con otras importantes, están recogidas en el decálogo que conforma el «Plan de resistencia para los autónomos», que hemos hecho llegar al Gobierno y que consideramos prioritario para salvar autónomos y empleos en esta etapa de la pandemia que nos permita caminar hacia la tan ansiada y necesaria recuperación.

Lorenzo Amor es presidente de ATA