Nóminas
Montero avisa de que no se puede subir el SMI “a costa” de perder empleo
El Gobierno decidirá en los próximos días si su subida se realiza en 2022 y 2023 o también se produce en este año
El Ejecutivo está dividido en dos en relación a la oportunidad o no de aumentar ya el SMI. Por un lado, se encuentra parte del equipo económico del Gabinete de Sánchez, capitaneados por la vicepresidenta tercera, que se muestran partidarios de aumentar ya el Salario Mínimo Interprofesional, situado ahora en 950 euros por catorce pagas. Y, por otro, el grueso del equipo económico, liderado por Nadia Cavilño, defensores de esperar a que la recuperación económica se asiente y, por tanto, de aumentarlo a partir del próximo ejercicio para no impactar en la generación de empleo. En estos términos se expresó este martes la ministra portavoz del Gobierno y titular de Hacienda, María Jesús Montero, al término del Consejo de Ministros. Tras reiterar el compromiso del Ejecutivo con la decisión de incrementar el SMI hasta equipararlo al 60% del salario medio en esta legislatura, advirtió de que ese alza no deberá lastrar, en ningún caso, la creación de empleo. No se puede producir, aseguró, “a costa” de perder puestos de trabajo.
Por eso confirmó que, una vez finalice sus conclusiones la Comisión de Expertos que constituyó el Ejecutivo para evaluar en qué cantidades deberá subir el SMI entre 2021 y 2023 para alcanzar ese objetivo de equiparación al 60% del salario medio, el Gobierno estudiará con los interlocutores sociales la idoneidad del momento para hacerlo. Es decir, se trata de negociar cómo distribuir “el peso” de la mejora del SMI entre 2022 y 2023, así como si se produce ya en el presente ejercicio. “Para el Gobierno es importante llegar a ese compromiso, pero también que sea compatible con la generación de empleo para llegar a cifras prepandemia y, si es posible, recuperar la expectativas de ocupación que teníamos antes de la pandemia”, reiteró, en diversas ocasiones, la portavoz.
En ese sentido, el Banco de España publicó la semana pasada un informe que alerta de los efectos adversos sobre el empleo que tuvo la última subida del SMI, que data de 2019. El estudio del Banco de España utiliza diferentes datos y enfoques para analizar el impacto en el empleo del incremento del SMI en 2019. Del análisis se desprende que, tras el incremento del SMI en un 22,3% en ese año, hubo un menor crecimiento del empleo del colectivo con menores salarios. El artículo desarrolla varios ejercicios alternativos que sugieren un mayor impacto adverso sobre el empleo de los colectivos de mayor edad y una reducción más acusada de las horas trabajadas y del flujo de creación de empleo para los jóvenes.
La estimación del impacto del alza del SMI en el empleo sería consistente con una pérdida de empleo neta de los trabajadores directamente afectados de entre 6 y 11 puntos porcentuales, lo que equivaldría a un impacto en el empleo asalariado total de entre 0,6 y 1,1 punto porcentuales. Es decir que por cada punto porcentual de subida del SMI, se produciría un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados entre 0,3 y 0,5 puntos porcentuales. En este contexto, se pudieron llegar a perder casi 180.000 empleos.
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