Cambio Climático

China, Rusia y Turquía, los países más perjudicados por la tasa al carbono europea

Empezará a funcionar de manera plenamente a partir de 2026

Una central térmica en Harbin, en la provincia china de Heilongjiang
Una central térmica en Harbin, en la provincia china de HeilongjiangJASON LEE

Si no puedes vencer al enemigo, únete a él. Bruselas ha decidido aplicar esta máxima, aunque en sentido contrario. La Comisión Europea ha propuesto la creación de una tasa al carbono que pretende penalizar las importaciones al mercado común de aquellos países con legislaciones climáticas más laxasy evitar la deslocalización de empresas europeas a otras partes del planeta menos preocupadas por el cambio climático. Una iniciativa que no gusta a otras potencias como China, Rusia y EE UU, y que puede desatar toda una batalla internacional, aunque Bruselas ve con esperanza los últimos pasos que Washington en este sentido. Tras la oposición inicial, EE UU parece dispuesto a debatir este tema en el seno del G-20 e introducir en su legislación una normativa similar al precio del carbono establecido por la Unión Europea.

Este nuevo impuesto se empezará a aplicar en 2023, con un periodo transitorio hasta 2026 y pretende abarcar los sectores más contaminantes como cemento, acero, aluminio, fertilizantes y electricidad. Tan solo quedarán exentos de pagar esta tasa aquellos países que demuestren que su sistema para gravar las emisiones es equivalente al europeo. En esta primera fase, del año 2023 al año 2025, los países tan solo se verán obligados a informar sobre sus exportaciones y los criterios medioambientales, pero no se verán obligados al pago de ninguna tasa con el objetivo de que tengan el suficiente tiempo para adaptarse a la situación.

A partir de 2026, es cuando exportar al mercado común puede convertirse en más caro y será necesario que los países terceros paguen por sus certificados de emisiones. Según los datos manejados por el Ejecutivo comunitario, potencias como China y Rusia pueden ser las más perjudicadas. El 36% de las exportaciones de fertilizantes provienen de Moscú, el 13% del acero y del hierro y el 14% del aluminio. En el caso de China, el 14% de las importaciones de acero y de hierro son originarias del gigante asiático y el 9% del aluminio. Turquía es el mayor exportador de cemento con el 37%, seguido de Ucrania y Bielorrusia (8%). Además, el país de Erdogan también es responsable del 12% del acero y del hierro. En el caso del aluminio, el primer país es Noruega con un 18% del total. Tras el Brexit, también Reino Unido puede salir dañado de esta iniciativa ya que el porcentaje de acero y hierro que provee a los Veintisiete es del 10% y en el caso del aluminio es del 6%.

Bruselas mantiene que el propósito de esta iniciativa no es conseguir recursos financieros sino propiciar que el resto del mundo también se adapte al reto del cambio climático y cambie sus legislaciones. A pesar de esto, esta nueva tasa ha sido clasificada como uno de los denominados «recursos propios» que la UE necesita para poder financiar el paquete de reconstrucción europeo para luchar contra los estragos del coronavirus por valor de 750.000 millones de euros bautizado como Next Generation EU.

Esta iniciativa coincide con el endurecimiento de la legislación climática europea para que en 2030 se reduzcan la emisiones un 55% respecto a los niveles de 1990. Desde el año 2005, funciona un sistema de compra de emisiones, basado en el principio de que quién contamina paga. Este esquema cubre el 40% de las industria más contaminantes, aunque en el pasado se ha permitido bastante flexibilidad a través de certificados gratuitos, sobre todo en los momentos de mayor crisis económica como durante 2008.

Aparte de terminar con estas excepciones, en este nuevo sistema se incluirá el sector marítimo y también se pondrá en marcha un régimen especial para el transporte por carretera y los edificios. En mayo, el precio por tonelada de dióxido de carbono alcanzó la cifra récord de 56 euros.