Cambio de rumbo

Moncloa se centra y entrega a los tecnócratas la recuperación con el foco en las elecciones

Sánchez ha apuntalado el ala pragmática de su Gobierno con el propósito de impulsar un crecimiento y un empleo que le den los votos para frenar al pujante PP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia CalviñoChema MoyaEFE

«Los datos macroeconómicos y del mercado laboral son muy positivos». La poliédrica y dilatada conversación con un miembro del Gobierno de Pedro Sánchez, confirmado en su cargo mucho antes del «gran revolcón» de carteras anunciado el sábado de la pasada semana y en la que se abordan desde el impacto actual de la quinta ola de la pandemia a la llegada de los fondos europeos o la compleja situación de la banca patria, se desliza entre la cautela y el optimismo. La distensión favorece la fluidez en la charla. «Todo apunta a una recuperación sólida, de verdad, y las cifras de contratación van a dar una sorpresa muy positiva este mes», prosigue. «Creo que ahora lo que toca es centrarnos totalmente en la recuperación», añade. ¿Por eso los cambios en el Consejo de Ministros? La respuesta es rotundamente afirmativa y desliza la idea que impregna toda la revolución ministerial agitada por Pedro Sánchez. «Vamos a otra fase», en la que no caben ruidos ni artificios y sí la gestión. La pirotecnia se entrega sin rubor al «ala morada» del Ejecutivo. Ese caladero de votos no es la fuente que pretende Sánchez para continuar en La Moncloa. El principal objetivo de la revolución del jefe del Ejecutivo, según se desprende de la conversación, es apuntalar el crecimiento y el empleo porque los votos, creen en el PSOE, llegarán por sí solos si se cumplen ambos objetivos. Unos sufragios que, a día de hoy, no le sobran a los socialistas. El revolcón que Isabel Díaz Ayuso les dio en las elecciones autonómicas madrileñas ha puesto al PP en la senda de su propia recuperación, la política. Y al Partido Socialista en la de tener que echar el resto para mantener la Moncloa.

Sacar el máximo partido a la recuperación parece el único camino de Sánchez para retener el poder. Y como se aproxima el «tie-break», el líder socialista no ha querido dejar nada al azar y ha afianzado a la nueva vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, como dama de hierro de la recuperación y mano derecha de un giro, veremos si cosmético o real, hacia el pragmatismo económico con la vista puesta en Bruselas, de donde deben fluir los 70.000 millones de las ayudas del fondo Next Generation vitales para la recuperación. A la vera de Calviño, Teresa Ribera, quien deberá comandar la ingente inversión que requiere la transición energética desde su cartera y vicepresidencia tercera. «Ganan peso los tecnócratas», se afirma desde el otro lado de la mesa.

A la siniestra, en sentido cardinal, queda la líder de Podemos en el Ejecutivo, vicepresidenta segunda desde la salida de Pablo Iglesias y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, encumbrada como figura «realista» de su formación en el coalición de Gobierno.

Juego de malabares

Sánchez sabe que deberá soltar lastre en el tramo final de legislatura con los morados para ampliar su espectro electoral, pero tampoco puede perderlos de vista como socios de un hipotético segundo gobierno de coalición en vista del fragmentado panorama político actual, donde un escaño marca la diferencia entre gobernar o irse a los bancos de la oposición. Así que Díaz mantiene su peso, afianzado tras alcanzar más de una decena de acuerdos en las negociaciones mantenidas con los agentes sociales.

Sánchez ha conformado así una suerte de «trinidad» de carteras económicas de peso, a las que se unen por la importancia de sus cometidos dos ministros que se mantienen pese a las polémicas: José Luis Escrivá al frente de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; y María Jesús Montero, en Hacienda. O lo que es lo mismo, las pensiones y la reforma fiscal, en la que se inscribe también la mal llamada «armonización» de impuestos, que apunta directamente a la Comunidad de Madrid para contentar al secesionismo catalán.

Cinco ministerios donde el pragmatismo es vital para sacar adelante las reformas con las que contentar a Bruselas, de donde saldrá buena parte de los recursos para la recuperación. Para empezar, 9.000 millones de euros en las próximas semanas de los 19.000 millones previstos para este ejercicio, más de la mitad condicionados al cumplimiento de las reformas previstas; y otros 12.000 millones en 2022 de los 69.500 millones no reembolsables. Una cuantiosa cantidad ligada a los 416 «hitos» que han de llevarse a cabo y donde la capacidad de interlocución de Calviño con Bruselas por su pasado y conocimientos comunitarios se antoja fundamental para evitar problemas en la llegada de los recursos del Next Generation.

Consumo

Pero para hacer buena la revolución que ha ejecutado Pedro Sánchez en el Consejo de Ministros, será también necesaria, le guste o no al Gobierno, la «colaboración» de los españoles y que el consumo interno se reactive con fuerza en los próximos meses. El Ejecutivo, si los rebrotes provocados por la variante delta del coronavirus no vuelven a poner fuera de control la pandemia, deberá aprovechar los fondos y las reformas para activar esta palanca y sacar partido a los 68.000 millones de euros que los hogares españoles han atesorado desde el estallido de la pandemia, según los cálculos publicados esta misma semana por BBVA Research. Su activación facilitará una recuperación «intensa» del consumo de los hogares en «unos pocos trimestres», según anticipa el Banco de España. La institución ha señalado esta semana también que «el repunte del consumo privado una vez que se solvente la crisis sanitaria tendería a compensar el retroceso observado durante la pandemia». Así, una vez levantadas las medidas de contención, la recuperación será «más robusta». «Los consumidores habrían percibido que el impacto de la crisis no tiene un grado de persistencia muy elevado, lo que contribuiría a que un comportamiento expansivo del gasto de los hogares apuntalara la recuperación de la actividad», subraya el Banco de España.

Esta bolsa de ahorro, asimilada como un aumento de renta de los hogares, podría hacer crecer el consumo, de media, entre un 1,1% y un 2% en 2021 y 2022. Incluso esta previsión podría quedarse corta. «El fuerte crecimiento en el gasto privado podría ser más elevado de lo que en principio se pensaba», según BBVA. Los ERTE, las moratorias crediticias y el mantenimiento de condiciones financieras muy favorables han facilitado este ahorro y afianzado la confianza en un rápido repunte de la economía que Sánchez pretende exprimir.

Con su remodelación, Sánchez ha apuntalado el poder económico de su Gobierno, con Nadia Calviño al frente del equipo, con vistas a impulsar la recuperación económica en los próximos meses.
Después de años de grandes golpes de efecto, en el Ejecutivo consideran que lo que ahora toca es gestionar los fondos de la Unión Europea y las reformas de forma eficaz y sin tantos artificios.
Tras el varapalo que sufrieron los socialistas en las autonómicas catalanas y, sobre todo, madrileñas, si no logran enderezar el rumbo económico del país, tendrán muy complicado retener el Ejecutivo.