Diálogo social

La patronal se planta ante las medidas contra la temporalidad en la reforma laboral

La última mesa de diálogo social termina sin avances y con los empresarios más lejos de la firma

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, posan antes de su reunión en Madrid
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, posan antes de su reunión en MadridEduardo ParraEuropa Press

«Si no se replantea la materia referida a la temporalidad no vamos a llegar a un acuerdo de ninguna manera». Con esta contundencia fuentes empresariales dejaron ayer claro que las posiciones «están muy lejos» para firmar un acuerdo sobre la reforma laboral porque «cada vez que nos presentan una contraoferta, las condiciones empeoran en vez de mejorar. Eso no es negociar», se quejaban ayer abiertamente a LA RAZÓN fuentes empresariales. Y es que ven insuficiente que el límite máximo de temporalidad en las plantillas se haya rebajado del 15% al 8% en las pymes y del 4% en las gran empresas. Además, entienden como una provocación los «inasumibles» recargos impuestos a la contratación eventual –sobre todo durante los fines de semana–, que afecta de forma especial a sectores como la hostelería o la agricultura. Por contra, reclaman medidas que den mayor flexibilidad para contratar, «en vez de lo contrario, que es lo que propone el Gobierno».

En concreto, el borrador presentado obliga a que los trabajadores temporales sean fijos a partir de los cinco meses, que la contratación eventual quede ligada a causas específica y que los contratos indefinidos sean primordiales en las empresas. La contratación temporal «debe ser ocasional y puntual y no debe superar los tres meses», reza el texto presentado, y nunca sobrepasar el límite establecido según el tamaño de la empresa. Para campañas cíclicas, como rebajas. Navidad o temporadas agrícolas, la preeminencia es el contrato fijo discontinuo. En cuanto a los contratos de sustitución, se propone que éstos deban acomodarse al plazo en el que vuelva la persona a la que se cubre.

Los empresarios también han mostrado su disconformidad respecto a los postulados sobre los nuevos ERTE –en esto coinciden con los sindicatos– la negociación colectiva –que pretende recuperar ultraactividad y la prevalencia del convenio sectorial sobre empresa en algunos puntos– y sobre la subcontratación, otro de los puntos en los que la patronal se ha plantado y marcado una línea roja.

«Ahora mismo firmar un acuerdo sobre la reforma laboral en estos términos está muy lejos. Hay margen –cinco semanas–, pero las posiciones están muy lejos», advierten los empresarios, máxime tras los portazos previos sobre la subida del salario Mínimo y con el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) de las pensiones.

No tiene la misma visión la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que calificó la última reunión de «muy intensa pero muy fructífera», además de anunciar que «estamos llegando a puntos de encuentro». Precisamente, sobre el punto de mayor desencuentro, el de la temporalidad, la ministra lo calificó como «la gran anomalía» del mercado laboral español, por lo que insistió en que debe atajarse para «hacer de la estabilidad en el empleo la normalidad, buscando fórmulas para dar salida a factores o mecanismos de atención a la estacionalidad».

Los empresarios no ven avances y recalcan que Díaz «solo sigue vendiendo humo».