La guerra fría entre los autónomos por el cambio en el sistema de cotización que impulsa el Gobierno se ha convertido ya en una guerra abiertamente declarada por ambas partes. A las divergencias surgidas entre las principales asociaciones –por un lado ATA, integrada en CEOE, y enfrente UPTA y Uatae, ligadas a UGT y CC OO–, ha entrado de lleno el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que ha iniciado una campaña de descrédito contra ATA en general y contra su presidente, Lorenzo Amor, en particular, después de que esta asociación decidiera rechazar de plano su propuesta de cotización por ingresos reales.

Tras varias salidas de tono esta semana, ayer mismo, en una entrevista en Espejo Público, dudó de la representatividad de ATA y cuestionó que «no es muy fiable que hablen por la mayoría de los autónomos. Dudo de su credibilidad al hablar en representación de este colectivo». Según aseguró, los autónomos no están en contra de la reforma, «es rigurosamente falso y quien dice lo contrario pierde toda credibilidad», insistió.

Pues bien. Decenas de asociaciones sectoriales de autónomos han salido en tropel a desmentir al ministro y cargar contra su nuevo sistema de cotizaciones, que califican de «abusivo, meramente recaudatorio y confiscatorio». Y para muestra, varios botones. La Confederación Española de Jóvenes Empresarios (Ceaje) criticó ayer con dureza el plan de Escrivá porque «va en contra de la lucha por salvaguardar el talento del país» y supone «un atentado contra el espíritu emprendedor». La agrupación agraria Asaja denunció que los agricultores «no van a poder asumir más incrementos en costes laborales porque el nuevo sistema no tiene en cuenta las características fiscales específicas del sector agrario».

Por otra parte, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) considera los nuevos tramos «desproporcionados con la realidad» y que «no cumplen con el objetivo de ayudar a aquellos que menos facturan. Van a acabar con el periodismo ‘’freelance’'». Hostelería de España también ha mostrado su rechazo porque «va en la dirección contraria a la que están tomando otros países europeos. La subida es desproporcionada, teniendo en cuenta lo poco que baja para los que menos facturan».

Colectivos de autónomos de médicos, fisioterapeutas, farmacéuticos, «youtubers», taxistas, Cepyme... Son incontables los que se han posicionado en los últimos días en contra del nuevo sistema y dando su apoyo a ATA. El último, el Consejo General de Agentes Comerciales de España (CGAC): «Nos parece una medida injusta, sin que quede claro si hay una mejora proporcional equivalente de las prestaciones y de la cobertura social».