Tobias Zisik es desde 2020 el presidente de la Asociación Nacional de Alquiler de Vehículos con o sin Conductor (Aneval), un sector ensencial para la actividad turística.
¿Qué esperan de esta Semana Santa que está a punto de concluir?
Somos optimistas, aunque no podemos obviar los problemas globales como la guerra de Ucrania y sus consecuencias, especialmente las energéticas con el encarecimiento de los carburantes, por ejemplo, y por la crisis de los microchips, que golpea particularmente a la automoción. El Gobierno esperaba en esta Semana Santa recibir el 80% de los turistas de 2019, el año récord con 83,5 millones de visitantes foráneos.
¿Qué previsiones tienen para el conjunto del año?
Para nosotros, 2022 va a ser un año de transición y de recuperación, con una facturación un 20% por debajo de 2019, el último año sin pandemia, sin crisis de suministros y con récord de turistas en España. La cifra de negocio este año podría rondar los 1.400 millones de euros. Calculamos que la cifra de negocio prepandémica se va a recuperar totalmente en 2023.
¿Ha iniciado el sector turístico la recuperación?
El Ejecutivo y Exceltur son optimistas en sus estimaciones para la Semana Santa y 2022. La gente tiene ganas de viajar y capacidad económica tras dos años de restricciones. Según la consultora ForwardKeys, las llegadas aéreas a nuestro país desde el extranjero se situarán un 13% por debajo que en el año previo a la pandemia.
El sector forma parte de la actividad turística. Sin embargo, su tributación es diferente....
El 85% de nuestra actividad está relacionada con el turismo, pero paradójicamente tributamos en el régimen general (21%) y no al IVA reducido del 10% como sí lo hacen los servicios de transportes de viajeros, alojamientos y restauración. Nosotros somos turismo, transporte y movilidad. Sin duda, esto supone un agravio comparativo.
Tras pasar los peores momentos de las restricciones de la COVID, hay nuevas incertidumbres, como la crisis de suministros o la inflación. ¿Cómo afecta a su negocio? ¿Habrá coches para todos?
Lógicamente, la crisis de los microchips, que es completamente ajena a nuestro negocio, se está dejando notar: esperamos contar con una flota de unos 600.000 vehículos en 2022 frente a los más de 800.000 que las empresas del sector gestionamos en 2019. Pero nosotros estamos haciendo todo cuanto está en nuestra mano para garantizar el mejor servicio. Por eso, ya estamos asumiendo un coste financiero importante en nuestra cuenta de resultados al retener los coches más allá del tiempo establecido, aunque estén inmovilizados en temporada baja. Hemos incrementado las conversaciones con los fabricantes para planificar con tiempo y alargar los contratos.
¿Pueden decantarse los visitantes por otros países como consecuencia de ello?
Pensamos que no. Al tratarse de problemas globales, el impacto es igualmente global. La inflación, por ejemplo, azota a toda Europa
¿Qué papel va a jugar la movilidad eléctrica?
Estamos en un punto de inflexión. Hasta ahora, España está a la cola de Europa tanto en la implantación de baterías de recarga como en el grado de penetración del coche eléctrico. ¡Solo por delante de Hungría y República Checa! Hay administraciones que nos vienen exigiendo electrificar nuestra flota a pasos acelerados, pero no se dan las mismas ayudas e incentivos que en otros países y los turistas tienen todavía algunas reticencias a coger un eléctrico porque la red de carga no es ni mucho menos lo densa que debería ser.