Opinión
Negar la realidad o la victoria pírrica de Ribera
Plutarco, el de las «Vidas paralelas», el libro de cabecera de Jordi Pujol, también narró las hazañas de Pirro, rey de Epiro, que ganó a los romanos las batallas de Heraclea (280 A.C.) y Asculum (279 A.C.), pero con un coste tan elevado que habría dicho «Otra victoria como esta y estaré perdido».
Teresa Ribera, «vice» tercera del Gobierno y ministra –algo talibán– de Transición Ecológica, logró ayer en Bruselas la «victoria» de que la Unión Europea permita a España y Portugal topar el precio mayorista del gas en 50 euros megawatio, cuando los hispano-lusos aspiraban a 30 euros. Es decir, un precio, y sólo durante un año, un 66% superior al pedido. Victoria pírrica. Hay empates más honrosos, porque más allá del efecto imagen inmediato, es una solución artificial. Gita Gopinah, número dos del FMI, lo explicaba en El País: «Es necesario que los precios reflejen el alto coste de la energía y que la gente ajuste el gasto al nuevo entorno». Es duro, pero es así.
Lo explica Jesús Fernández Villaverde, catedrático de Economía en la Universidad de Pensilvania y compañero de otras aventuras de Luis Garicano, eurodiputado de Ciudadanos: «Todas las decisiones –ha escrito– de política económica de los últimos meses son exactamente iguales que las que se tomaron en octubre de 1973 –en la agonía del franquismo–, tras la primera crisis del petróleo». Se trataba, quizá como ahora, de negar la realidad y dar titulares. El economista no lo dice, pero fue el origen de que el paro español sea muy superior al de los países de nuestro entorno.
Sánchez ya tiene su titular de hoy, mientras la «vice» primera, Nadia Calviño, retrasa las previsiones que el Gobierno debe enviar a Bruselas. El 7% de subida del PIB previsto para este año es una quimera. Los expertos barajan una horquilla del 4,1% (BBVA) al 4,8% (FMI). El Gobierno pujará más fuerte, quizá por el 5%, pero antes llegarán –jueves y viernes– los últimos datos del paro, el PIB del primer trimestre y, sobre todo, la inflación de abril, con el efecto Semana Santa.
Mientras, los bancos anuncian beneficios pero caen en Bolsa y el Banco de España advierte sobre los precios inmobiliarios y aconseja acotar las subidas a las pensiones a las mínimas y no ligar salarios al IPC. Victorias pírricas y negación de la realidad. Siempre Plutarco.
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