Trabajo

Cómo escapar a los 25 de la precariedad y el mileurismo: dos hijos, casa propia y 1.800 euros de salario gracias a una oposición

Mel hizo prácticas en su ayuntamiento a los 17 y se convirtió en interina a los 21 años solo haciendo una entrevista. Más tarde, consiguió su plaza aprovechando la escasa competencia que hay en las oposiciones a la administración local

Mel Escribano
Mel EscribanoLa Razón

Becaria en el ayuntamiento a los 17 años, independizada a los 18, interina a los 21, funcionaria de carrera a los 25 y madre y propietaria de una casa a los 26. Ahora, con 28 años, tiene dos trienios y cobra 1.800 euros. No, no es la historia de cómo hace décadas los jóvenes tenían mayor estabilidad laboral y lograban su independencia más rápido que ahora. Este es el caso de Mel Escribano, una joven que apostó por trabajar en el sector público desde que tuvo conciencia de la precariedad del mercado laboral español. Una aspiración que, sin embargo, ya solo tienen el 13% de los jóvenes según una encuesta recogida en la «Guía Laboral Hays 2020». Para ello, no se pasó ocho horas al día estudiando durante años. Estudió una carrera, trabajó de interina, cuidó de su abuela y forjó su relación de pareja a la vez que se preparaba las oposiciones. La clave de su éxito estuvo en ir en busca de aquellas miles de plazas de la administración local que pasan desapercibidas y cuyo temario no tiene nada que ver con el de un notario o juez.

La opción preferida para trabajar es la gran empresa multinacional para un 48% de los encuestados por Hays, dos puntos más que en 2019. Le siguen las empresas nacionales (14%), el sector público (13%), ser autónomo (13%) y las pymes (12%). El motivo principal es la ambición de tener un recorrido profesional y no estancarse en un funcionariado, según el mismo estudio nombrado anteriormente. ¿La consecuencia? Un sector público con la plantilla totalmente envejecida y que sufre por conseguir un relevo generacional. De hecho, solo 7.000 funcionarios (0,2%) tienen menos de 20 años, según un informe de CSIF, en cuyo caso, la temporalidad asciende al 99,77%.

Mel formó parte de ese 0,2%, no sin hacer sacrificios, pero no tantos como algunos se esperarían. Durante cinco años, redujo sus horas de sueño, estudiaba en cualquier hueco posible, como en los trayectos de transporte, y salía de fiesta solo un fin de semana al mes. Sin embargo, todo el proceso fue más sencillo cuando se puso a indagar y descubrió dos factores clave. Por un lado, que hay plazas poco conocidas en la administración local donde la competencia es mucho menor si estás dispuesto a desplazarte a pequeñas localidades de tu región. Por otro, que no siempre es necesario hacer una oposición para acceder a ellas, algunas se pueden conseguir pasando una entrevista. Mel recomienda, para ello, apuntarse a dos programas algo desconocidos, pero muy útiles: el programa de garantía juvenil para menores de 30 años y el programa de formación ocupacional, gracias al cual consiguió entrar de interina con 21 años (y sin haber acabado su carrera de Administración Pública), tras quedar primera en una entrevista.

«Me presentaba a todas las oposiciones que podía para prepararme. En concretó, me apunté a más 40 convocatorias y aprobé entre 20 o 30. Me quedaba en la bolsa de empleo y me iban llamando», explica. Así, poco a poco fue accediendo a puestos mejores, más cercanos a su casa, hasta que a los 25 consiguió su plaza actual. De hecho, para los que piensan que el sector público sigue funcionando por enchufe, Mel aclara que en sus años de experiencia nunca ha visto problemas de este estilo y, de hecho, ganó su plaza después que una trabajadora que llevaba 12 años en el puesto suspendiera la oposición.

«Hay mucha desinformación acerca de las oposiciones. Es cierto que una vez consigues tu plaza el salario se estanca si no vuelves a opositar, pero la gente cree que en la empresa privada van a llegar más lejos y luego se tiran años en el mismo puesto con el mismo salario y con peores condiciones que en el sector público. Por eso les digo a mis amigas que no entiendo por qué no opositan. Realmente cualquier persona con educación secundaria que esté dispuesta puede conseguir un empleo de esta manera», señala Mel a LA RAZÓN. El envejecimiento de la plantilla pública también es un factor que juega a favor de todas las personas que decidan opositar actualmente. Sin ir más lejos, Mel explica que de siete personas que trabajan en su administración, tres o cuatro se van a jubilar próximamente.

Procedente de una familia con muchos emprendedores y ningún funcionario, Mel tenía claro que lo que buscaba para su vida era estabilidad y buenas condiciones, unas virtudes que escasean en el mercado laboral español. Por ello, desde muy jovencita se propuso ser funcionaria. Pese a no ser buena estudiante en la ESO, desarrolló un método de estudio basado en resúmenes y en priorización de contenidos. Ahora, tiene el objetivo de ayudar al mayor número de personas posible en su rol de formadora y asesora con su proyecto OposTime. Para ello, ha conseguido reducir el temario de su oposición, que ronda las 9.000 páginas, a apenas 145.

En base a su experiencia, aporta 10 claves para preparar unas oposiciones con éxito. Estas son: saber cuánto tiempo puedes dedicar al estudio; planificarse para ser más efectivo; analizar qué es lo que más preguntan en tu oposición; memorizar; repasar para no olvidar; hacer test para evaluar tu conocimiento; controlar el tiempo de estudio para cada tema; recompensarse con ocio; no estudiar de más; y ser constante en el estudio, aunque sea solo 10 minutos al día, para no poder la motivación.

Y es que no todos los días son igual de productivos. Tener días malos donde el único alivio es pensar en abandonar la oposición es totalmente normal. Mel también experimentó agotamiento y hartazgo después de llevar cinco años estudiando para conseguir su plaza deseada: «Un mes antes de aprobar me planté. Quise dejarlo. Afortunadamente tenía a mi lado un gran apoyo, mi marido, que me dijo que era posible». El último empujón valió la pena. «Las oposiciones me han permitido crecer mucho como persona y gracias a mi plaza he podido formar una familia joven. He sido madre dos veces y compré mi casa con 26 años, algo que muchas personas de 36 años todavía no se plantean debido a su situación económica», concluye.

La pandemia dispara la cifra de opositores

La pandemia ha disparado el número de opositores en España. De acuerdo con un informe publicado en febrero por la plataforma OpositaTest a partir de 4.000 entrevistas, el 40% de los opositores llevan menos de un año preparando una oposición y lo hacen además por por primera vez, lo que supone un aumento del 30% respecto a los datos de 2019, antes de la pandemia. Ocho de cada 10 encuestados afirman que la razón principal para opositar es buscar «estabilidad laboral, un puesto fijo para toda la vida más allá del salario». El estudio revela que la pandemia ha dado lugar a un nuevo opositor, que compatibiliza en mayor medida la preparación de la oposición con un trabajo, que dedica menos horas al estudio y que se prepara para dos o tres oposiciones de forma simultánea debido a los retrasos en las convocatorias.