Opinión

Postureo “importante en términos históricos”

La economía se hunde mientras Moncloa echa balones fuera y se enreda en la terminología. Lo único histórico es que con este Gobierno el paro ya no baja ni en verano

No hay que ser premio Nobel de Economía para saber que la economía está hecha unos zorros desde hace tiempo y que la situación no va a hacer otra cosa que empeorar en los próximos meses. Salvo en el Ministerio de Economía –perdón, de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que queda mucho más «cool»–, para el que todo sigue de color de rosa y no hay ningún problema, más allá de su terquedad para admitir que casi todo va mal. La semana terminó cargada de noticias macroeconómicas de importancia –empleo, PIB e inflación–, en la que la palabra «frenazo» ha sido la más empleada, al menos en las dos primeras estadísticas. Si acaso, se salva algo el IPC, que «sólo» fue del 7,3% en octubre, frente al 8,9% de septiembre y los tres «dobles dígitos» consecutivos del verano. Ha bajado el ritmo de subida de los precios, sí, pero siguen subiendo. Un 7,3% más altos que hace justo un año y un 0,4% más que en septiembre.

La «mandamás» económica Nadia Calviño ha llegado incluso a acuñar un nuevo término para referirse a un paupérrimo crecimiento del PIB del 0,2% en el tercer trimestre: «Un crecimiento importante en términos históricos». Lo único histórico es que con este Gobierno el paro ya no baja ni en verano, ni con pandemia ni sin ella. Salvo en el primer verano del Covid, en el último decenio el desempleo ha bajado siempre entre junio y septiembre. Hay que remontarse a la crisis de 2013 para encontrar un dato peor que ese 0,2% del PIB en un tercer trimestre y al verano de 2012 para ver una subida estival del paro. 61.000 personas más en la cola del SEPE, que para Yolanda Díaz son sólo un «leve repunte» en el que debería ser el mejor trimestre del año. Dice que «nuestro mercado de trabajo es ya más robusto» –fuerte, vigoroso, firme, para la RAE–. Tan robusto que estamos ya cerca del «pleno empleo», pese a los tres millones de parados. Vamos, que nuestra economía está gripada y un leve estornudo nos puede mandar al hoyo.

Está todo por hacer, como le pasa al mar de placas solares que Teresa Ribera –ministra de energía– ve «por fin» desde su despacho. Puestas ahí para la foto, pero sin funcionar, esperando que alguien que sepa de verdad venga para poner todo en marcha. Postureo máximo.